ECONOMÍA, NEGOCIOS Y FINANZAS
El bonus de un
inspector de Hacienda: 40.000 euros sólo por el cargo
19/02/2010 | Ruth Ugalde
La Agencia Tributaria
destina 85 millones de euros al año a premiar la productividad de
este cuerpo, con bonus a la productividad que oscilan entre 16.000 y
40.000 euros. Un variable que cobran a pesar de que haya un 23% de
economía sumergida y las deudas pendientes de cobro se hayan
disparado un 43%. Como respuesta, la Agencia Tributaria ha decidido
empezar a penalizar su variable.
Los inspectores de Hacienda
denuncian presiones |
Gráfico:
Tabla de sueldos los Inspectores de Hacienda para 2010
Ha estallado la guerra en el Ministerio de Hacienda. El cuerpo
de inspectores levantó ayer la voz en contra del nuevo sistema de
penalización sobre el sueldo variable que ha puesto en marcha la
Agencia Tributaria, acusándola de poner en riesgo la calidad de
las inspecciones por el afán recaudatorio del Estado.
La polémica afecta directamente al complemento por productividad
de los inspectores, un generosos bonus que oscila entre los
16.000 euros de un inspector de a pie, pasando por los 24.000
euros de un jefe de dependencia regional, hasta los 38.360
euros de un delegado especial en Madrid, según datos de los
Técnicos del Ministerio de Hacienda.
En total, Hacienda destina al año 85 millones de euros a premiar
la productividad de los inspectores, y eso que las deudas
pendientes de cobro se han disparado un 43% en los últimos cinco
años y de que España tenga una de las mayores bolsas de economía
sumergida del mundo.
En la Agencia Tributaria aseguran que este complemento,
reconocido desde 1992, representa como mucho el 20% del sueldo total
de un inspector, pero la realidad es que llega a pesar mucho
más, sobre todo, cuanto más se asciende de escalafón dentro del
cuerpo.
El sueldo medio de un inspector de a pie ronda los 76.600 euros y,
por tanto, el bonus sí supone una quinta parte de su retribución.
Pero, entre las clases más altas, cuya retribución total asciende
a 123.000 euros, los casi 40.000 euros de plus por productividad que
recibe suponen una tercera parte de todo su salario.
De ahí que haya levantado tantas ampollas la medida impuesta por la
Agencia Tributaria este año, que permite valorar negativamente hasta
un 20% de ese bonus, es decir, que los inspectores de más alto rango
podrían ver mermado su sueldo en 8.000 euros.
Tres versiones de una misma realidad
El eje de la polémica radica en qué consiste la productividad y los
complementos. En principio, éstos deberían pagarse por el logro
de unos objetivos excepcionales, pero según señalan desde la
Agencia Tributaria, salvo causas flagrantes, este bonus siempre se
cobra en su totalidad. Siempre, hasta este año, según se temen los
inpectores.
Diversos organismos internacionales estiman que nuestro país tiene
entre un 20% y un 23% de economía sumergida. Además, las
deudas pendientes de cobro de la Agencia Tributaria se han disparado
un 43% en los últimos cinco años, según una respuesta
parlamentaria de la Comisión de Hacienda. Ésta recoge que, en 2004,
estas partidas pendientes de cobro sumaban 21.261 millones, desde
entonces, se han ido incrementando cada año, hasta alcanzar los
30.425 millones de euros en 2008, último ejercicio con cifras
oficiales.
Cansada de este punto negro, la Agencia Tributaria se ha propuesto
luchar contra él y, para conseguirlo, quiere garantizarse que
todos los inspectores cumplan con unas normas mínimas de
calidad: acudir al menos una vez a la residencia fiscal del
sujeto de la inspección, utilizar el software avanzado de
contabilidad de la Agencia, y antes de iniciar una investigación,
comprobar actuaciones previas, la situación censal, si existen deuda
anteriores con la Agencia y acudir al registro mercantil.
Con estos pasos, la Agencia considera que se reduciría
significativamente la deuda de las actas, que son cuentas pendientes
detectas por Hacienda que todavía no se han cobrado. El problema es
que muchas veces no se cobran porque se trata de empresas ya
liquidadas, testaferros... Son las denominadas inspecciones
basura, porque suponen tirar todo el trabajo a la papelera.
Y el organismo dirigido por Luis Ocaña quiere terminar con ello,
convencido de que las pautas de calidad exigidas lo permitirán.
"El actual sistema de lucha contra el fraude no funciona, como
demuestran las cifras de economía sumergida, y hacen falta cambios",
señala José María Mollinedo, secretario general del colectivo de
Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA). Sin embargo,
discrepa del camino elegido por la Agencia Tributaria, porque deja
abierta la puerta a una evaluación aleatoria y porque considera que
dónde deberían introducirse cambio es en el objeto de las
inspecciones. "Ahora estamos centrados en pequeñas empresas, cuando
deberíamos dirigirnos a las grandes corporaciones, grandes fortunas,
desarrollos urbanístico o perseguir los billetes de 500 euros",
señala Mollinedo.
Más y mejores inspecciones
Estas pautas de actuación siempre han formado parte de los
principios de actuación que deben seguir todos los inspectores,
según la Agencia. La novedad es que a partir de ahora su
incumplimiento se repercutirá en el sueldo.
Los inspectores temen que, necesitados de recortar gastos, los
responsables del ministerio de Economía empiecen a aplicar recortes
en esta parte del sueldo de manera aleatoria. Además, acusan
a la Agencia de haber disparado un 15% los objetivos de
productividad, acusándole de un desmedido afán recaudatorio.
El objetivo marcado para este año son 412.327 actuaciones, frente
a las 417.361 logradas en 2009, es decir, prácticamente la misma
cifra, según datos de la Agencia. La diferencia es que el año pasado
el objetivo que marcó Hacienda a los inspectores fue 365.476
actuaciones, cifra que superaron de largo y, por tanto, como se
trata de un bonus a la productividad, en el ministerio consideran
perfectamente repetible.
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