Prisas por
cobrar
SEBASTIÀ VERD
Que la crisis ha llegado a todos los bolsillos no hace falta jurarlo. En
su mayoría o están vacíos o les queda poco para estarlo, o -en el
mejor de los casos- sus propietarios se han decidido por el ahorro por
lo que pueda venir. Con estas perspectivas no es extraño que muchos
contribuyentes hagan cola en Hacienda no para pagar, como suele ser
habitual, sino para cobrar. Según varias gestorías, la Agencia
Tributaria se ha retrasado en las devoluciones de IRPF de este año y,
como es lógico, quienes todavía no la han recibido, la reclaman. De
hecho, la afluencia ante las ventanillas del fisco de ciudadanos
interesados en conocer el estado de su devolución es muy superior a la
de otros años a pesar de que, según el delegado de la Agencia, Raúl
Burillo, en verano ya se habían tramitado más del ochenta por ciento
de las declaraciones con derecho a devolución.
El delegado de la Agencia Tributaria niega que haya retrasos, aunque
reconoce que existe una cierta psicosis entre quienes están pendientes
de cobro, entre cuatro mil y seis mil ciudadanos, a los que en cualquier
caso -salvo que se haya detectado alguna irregularidad en sus
declaraciones- deberá pagárseles antes del día 31, es decir antes de
fin de año. En la campaña de 2008, Hacienda recibió 440.000
declaraciones, de las que más de 300.000 eran negativas o, lo que es lo
mismo, con derecho a devolución. Las que están pendientes sólo
suponen, pues, un 3 por ciento del total, pero según los gestores son
las más cuantiosas, aunque esto no justificaría los retrasos. A decir
de los expertos consultados por Diario de Mallorca, el propio Estado no
es ajeno a la crisis y por eso pudiera estar apurando los plazos, para
retener la mayor cantidad de dinero en caja.
En cualquier caso, desde la Agencia Tributaria se ha pedido a los
contribuyentes que quieran conocer su estado de cuentas que utilicen los
números de teléfono destinados a consultas o los servicios online para
evitar las colas: esta especie de mundo al revés -pagar más que
cobrar- que vive Hacienda cuando llega la hora de apretarse el cinturón.
Este año, pese a que las declaraciones positivas han sido la mitad de
las que tenían o tienen derecho a devolución, el Estado ha registrado
un superávit en las islas de 71 millones de euros. Una cifra que
probablemente no podrá mantenerse en el próximo ejercicio debido al
descenso de la actividad económica. Las declaraciones del IRPF dan aquí
un saldo positivo para la hacienda pública porque hay muchas
actividades que no están sujetas a retención, como es el pago de
alquileres, actividades que en 2008 habrán experimentado un descenso
importante.
En realidad las colas o prisas de los ciudadanos que, a su pesar, siguen
siendo acreedores de la Agencia Tributaria, no son sino un adelanto de
lo que ocurrirá en 2009, cuando Hacienda vea disminuir sus ingresos por
el IRPF. Es probable que las declaraciones positivas sean menos y de
menor cuantía, y por el contrario que las devoluciones se incrementen.
Miles de contribuyentes han perdido su empleo o visto disminuir sus
ingresos, tanto los que declaran como los que no. Una rueda en negativo
que se reflejará en las cuentas públicas y que ya se ha visto en las
ingresos previstos en los presupuestos de todas las administraciones públicas.
Y en estas circunstancias, al Estado no le queda más remedio que
rascarse a fondo sus bolsillos para facilitar la máxima liquidez a los
ciudadanos o, lo que es lo mismo, a los mercados.
La masiva afluencia de ciudadanos que se dirigen a Hacienda para saber
cuándo se les devolverá su dinero no es sino un reflejo, uno más, de
una realidad adversa que tardará años en normalizarse. |