Jueves 11 de diciembre de 2008


Prisas por cobrar

SEBASTIÀ VERD Que la crisis ha llegado a todos los bolsillos no hace falta jurarlo. En su mayoría o están vacíos o les queda poco para estarlo, o -en el mejor de los casos- sus propietarios se han decidido por el ahorro por lo que pueda venir. Con estas perspectivas no es extraño que muchos contribuyentes hagan cola en Hacienda no para pagar, como suele ser habitual, sino para cobrar. Según varias gestorías, la Agencia Tributaria se ha retrasado en las devoluciones de IRPF de este año y, como es lógico, quienes todavía no la han recibido, la reclaman. De hecho, la afluencia ante las ventanillas del fisco de ciudadanos interesados en conocer el estado de su devolución es muy superior a la de otros años a pesar de que, según el delegado de la Agencia, Raúl Burillo, en verano ya se habían tramitado más del ochenta por ciento de las declaraciones con derecho a devolución.
El delegado de la Agencia Tributaria niega que haya retrasos, aunque reconoce que existe una cierta psicosis entre quienes están pendientes de cobro, entre cuatro mil y seis mil ciudadanos, a los que en cualquier caso -salvo que se haya detectado alguna irregularidad en sus declaraciones- deberá pagárseles antes del día 31, es decir antes de fin de año. En la campaña de 2008, Hacienda recibió 440.000 declaraciones, de las que más de 300.000 eran negativas o, lo que es lo mismo, con derecho a devolución. Las que están pendientes sólo suponen, pues, un 3 por ciento del total, pero según los gestores son las más cuantiosas, aunque esto no justificaría los retrasos. A decir de los expertos consultados por Diario de Mallorca, el propio Estado no es ajeno a la crisis y por eso pudiera estar apurando los plazos, para retener la mayor cantidad de dinero en caja.
En cualquier caso, desde la Agencia Tributaria se ha pedido a los contribuyentes que quieran conocer su estado de cuentas que utilicen los números de teléfono destinados a consultas o los servicios online para evitar las colas: esta especie de mundo al revés -pagar más que cobrar- que vive Hacienda cuando llega la hora de apretarse el cinturón. Este año, pese a que las declaraciones positivas han sido la mitad de las que tenían o tienen derecho a devolución, el Estado ha registrado un superávit en las islas de 71 millones de euros. Una cifra que probablemente no podrá mantenerse en el próximo ejercicio debido al descenso de la actividad económica. Las declaraciones del IRPF dan aquí un saldo positivo para la hacienda pública porque hay muchas actividades que no están sujetas a retención, como es el pago de alquileres, actividades que en 2008 habrán experimentado un descenso importante.

En realidad las colas o prisas de los ciudadanos que, a su pesar, siguen siendo acreedores de la Agencia Tributaria, no son sino un adelanto de lo que ocurrirá en 2009, cuando Hacienda vea disminuir sus ingresos por el IRPF. Es probable que las declaraciones positivas sean menos y de menor cuantía, y por el contrario que las devoluciones se incrementen. Miles de contribuyentes han perdido su empleo o visto disminuir sus ingresos, tanto los que declaran como los que no. Una rueda en negativo que se reflejará en las cuentas públicas y que ya se ha visto en las ingresos previstos en los presupuestos de todas las administraciones públicas. Y en estas circunstancias, al Estado no le queda más remedio que rascarse a fondo sus bolsillos para facilitar la máxima liquidez a los ciudadanos o, lo que es lo mismo, a los mercados.
La masiva afluencia de ciudadanos que se dirigen a Hacienda para saber cuándo se les devolverá su dinero no es sino un reflejo, uno más, de una realidad adversa que tardará años en normalizarse.