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Zapatero diezma la ayuda fiscal contra la crisis por falta de medios para su control

Publicado el 26-10-2008 , por C. Cuesta / E. S. Mazo. Madrid

El plan urgente anticrisis, lanzado en agosto y que entrará en vigor el próximo año, sigue recopilando trabas. La devolución acelerada del IVA, anunciada como gran ayuda empresarial, exigirá fuertes costes de adaptación.

Las medidas de choque contra la crisis económica recogidas en el primer paquete de reformas presentado por Zapatero en la legislatura siguen generando polémica. La nueva noticia: las empresas que quieran beneficiarse de las mejoras del IVA anunciadas deberán realizar un costoso proceso de adaptación para remitir el detalle de sus operaciones informatizadas a Hacienda. Entre las causas de estas restricciones se encuentra la falta de medios de la Agencia Tributaria para controlar este importante incentivo fiscal.

El Gobierno presentó en su momento, agosto de este año, un paquete de medidas, donde se incluía la eliminación del Impuesto de Patrimonio y, entre otras, una segunda medida que fue anunciada como especialmente benéfica: el sistema de devolución del IVA mensual, un mecanismo que debía permitir que las empresas percibiesen de Hacienda el IVA que se les debiese mes a mes, en vez de a través del actual sistema, que sólo permite que el saldo se efectúe anualmente. El alivio fiscal para las empresas que estimó el Ejecutivo era de 6.000 millones de euros.

Pues bien, el texto del anteproyecto que articula esta medida, sin embargo, se ha ido desmontando a la vez que se han ido sumando desincentivos al uso de este mecanismo.

En primer lugar, y según detalla la reforma del artículo 118 actual, las empresas que soliciten este tipo de devolución anticipada podrán quedar sujetas a inspección fiscal por parte de la Agencia Tributaria. Por otro lado, la reforma del artículo 116 de la misma ley de IVA genera otro peculiar sistema de gran relevancia. Y es que el mecanismo que Zapatero llamó de devolución anticipada no lo será así, al menos con exactitud, puesto que lo que será realmente es un sistema de devolución y pago anticipado. Las empresas que se acojan al mecanismo anticipado de devolución mes a mes, igualmente deberán anticipar los pagos, mes a mes, a Hacienda.

Y, como colofón, las compañías que quieran obtener la mejora del IVA deberán admitir «la obligación de informar sobre las operaciones incluidas en los libros registro a que se refiere el artículo 36 de este reglamento, desde el 1 de enero de 2009». Sin embargo, para el resto de «obligados tributarios [empresas], el cumplimiento de esta obligación será exigible por primera vez para la información a suministrar correspondiente al año 2010». La diferencia es notable: en los libros registro se deben incluir todas las facturas emitidas y recibidas. El objetivo es tener un control total a efectos fiscales de los movimientos de las empresas.

La mayoría de las compañías realiza este control una sola vez al año debido a los costes que implica. Pues bien, ahora, si se quiere recibir la devolución del IVA de forma rápida, hay que incurrir en ese gasto de forma continua. Y, si no se solicita el incentivo, la empresa tiene permiso para evitar este coste. Fuentes internas de la Inspección Tributaria aseguran que, de fondo, resurge un serio problema. O las empresas envían los datos «masticados e informatizados» para que puedan ser chequeados o será imposible controlar con los medios actuales la veracidad de las devoluciones del IVA, con lo que surge la amenaza de una gran bolsa de fraude. El Gobierno no está dispuesto a ello, y menos, en medio de la actual pérdida de ingresos recaudatorios.

Sin alivio tributario en una larga etapa de crisis
Ni dos meses ni tan siquiera un trimestre. La crisis instalada en España se alargará, según el consenso del mercado, mucho más de lo esperado por el Gobierno. 2009 será especialmente duro para familias y empresas, que sufrirán los azotes de la que muchos ya llaman recesión. Y lo harán sin ningún tipo de alivio fiscal.

La única medida de relevancia que ha lanzado el Ejecutivo es la supresión del Impuesto sobre Patrimonio, anunciada ya por las comunidades del PP. Sin embargo, los analistas no consideran esta eliminación como una medida anticrisis: afecta a un millón de contribuyentes –de los de mayor renta– y supondrá una pérdida de recaudación –para las autonomías– de 1.800 millones. Un público potencial muy diferente al que habría beneficiado la devolución mensual del IVA: «todas las empresas» podrían haber disfrutado de esta ventaja, según Hacienda, lo que habría supuesto un ahorro fiscal para ellas de hasta 6.000 millones.

Ahora, en cambio, más lejos de beneficiarse de esta medida, las empresas deberán aguantar sin prácticamente ningún balón de oxígeno. Solbes ha cerrado la puerta incluso a una rebaja de Sociedades en un futuro próximo, lo que deja a España en seria desventaja. Por ejemplo, Portugal, en plena crisis, acaba de recortar del 25% al 12,5% el tipo de Sociedades, frente al 30% español –el 25% para las pymes–, un gravamen superior a la media europea y más elevado que el país vecino, al que pueden desviarse ahora los capitales nacionales.