Las tramas fiscales
distraen a Hacienda del control tradicional
Publicado el 13/09/2008,
por C. Cuesta/J. J. Marcos
En dos años el número
de contribuyentes inspeccionados por los mecanismos selectivos
tradicionales ha pasado de 33.150 a 25.670, mientras la Agencia
Tributaria ve reducidos ligeramente sus efectivos.
La escasez de medios
empieza a dejar huella en la actuación determinados organismos. En
algunos, casos, como el de la Agencia Tributaria, se trata de
departamentos de una importancia decisiva. “Se han incrementado
significativamente los recursos personales dedicados a la investigación
en profundidad [de tramas organizadas y fraude más complejo] para
aumentar su calidad y minuciosidad, aunque ello haya supuesto, lógicamente,
una reducción del número de actuaciones del control tradicional”.
La frase se encuentra plasmada directamente en el documento de la última
memoria oficial de la Agencia Tributaria, donde se explica que el
reciente Plan de Prevención del Fraude ha provocado que en 2007 se
centrasen más equipos en el control “del fraude fiscal más complejo
y socialmente más reprobado […] de posibles delitos y tramas
organizadas de fraude fiscal”.
El resultado: una reducción de las actuaciones en lo que la Agencia
Tributaria denomina como “control selectivo tradicional”. Así, según
los datos a los que ha accedido EXPANSIÓN, el número de contribuyentes
inspeccionados ha pasado de los 33.153 de 2005, a los 27.345 de 2006 y a
los 25.677 de 2007. El número de actas instruidas por los cuerpos de
Hacienda también ha recibido el impacto de esta reubicación de medios.
Si en 2005 alcanzaba las 79.567, en 2006, el volumen se limitaba a
71.679 y en 2007, la cifra cerró en 65.016.
Sin embargo, las exigencias de productividad –plasmadas directamente
en el cobro de bonus- que reciben los medios de los que dispone la
Agencia Tributaria para el control de los contribuyentes ordinarios ha
llevado a que, pese a la reducción de las inspecciones, lo cierto es
que el contribuyente que es detectado en un fraude acaba pagando un
fuerte castigo. Así, pese a haber reducido las actuaciones, la deuda
reclamada crece levemente, desde los 3.932,66 millones de euros de 2006,
a los 4.142,05 de 2007.
El rumbo de la actividad de la Agencia Tributaria cuenta con otro dato
revelador: si el conjunto de personas de esta entidad en 2006 alcanzaba
las 27.247, en 2007 cerró con reducción de 82 personas, situándose el
equipo total en 27.165. Esto es, a pesar del importante aumento de la
actividad empresarial y tributaria que se ha producido los últimos años
en España, la plantilla que debe gestionar el fraude no sólo no ha
crecido; ha menguado.
Los recursos se han tenido que dedicar a los grandes fraudes que, en los
últimos años, se han fortalecido y crecido con fuerza. “La Agencia
Tributaria realiza actuaciones inspectoras de mayor profundidad y
complejidad”, con una especial “atención a la selección de
contribuyentes con elevado volumen de facturación y actuando sobre
sectores de mayor riesgo”, añade la Memoria.
Casos graves
Los casos de mayor gravedad son enviados a la Fiscalía. Este epígrafe
creció de 2006 a 2007 un 2,2%, hasta llegar a 726. Ahora bien, el
importe de la cantidad defraudada, 863,68 millones, creció un 30,8%.
El sector inmobiliario es tildado de “primordial” en las
consideraciones de la Agencia Tributaria. De hecho, se han creado
unidades específicas para el ladrillo. A este segmento se han destinado
54.828 actuaciones, que han generado una deuda de 1.223 millones.
Mientras, los controles de las declaraciones de impuestos rutinarias,
normalmente todas aquellas en los que el fraude no alcanza los 120.000
euros, quedan sujetas en buena medida a los controles informatizados.
Poco personal, amparo social al fraude
y muchas actas sin cobrar
El personal de Hacienda se siente desbordado. No da a basto, ante la
congelación de plantillas y el aumento del fraude que aseguran que se
produce. En el informe de recaudación de la Agencia Tributaria de
julio, los ingresos habían caído un 17,1%, lo que arroja un descenso
acumulado del año del 4,8%. Para la Organización de Inspectores de
Hacienda (IHE) , la “única explicación” a estos fuertes descensos
en la recaudación del Impuesto de Sociedades y de IVA “es que se ha
producido un incremento del fraude fiscal en aquellos tributos donde los
contribuyentes consideran que existe un menor control”.
Esta percepción no es sólo de los inspectores. El estudio de
‘Opiniones y actitudes fiscales de los españoles’, que elabora el
Instituto de Estudios Fiscales, arroja la misma conclusión. Además,
refleja que hay un importante caldo de cultivo al fraude, ya que la
mitad de los españoles entiende que se trate de regatear con el Fisco.
Así, no es de extrañar que la deuda de los contribuyentes con Hacienda
creciera en 1.271 millones entre 2006 y 2007. Sólo en el último
ejercicio las deudas sin cobrar se han disparado un 14% y la cifra total
pendiente de cobro alcanza un volumen de 10.354,96 millones de euros,
aproximadamente un punto del PIB español (ver EXPANSIÓN del 10 de
septiembre). |