Martes, 3 de junio de 2008

 

El Estado deja de recaudar 868 millones en sólo cuatro meses por la caída del consumo

ALBERTO CAPARRÓS. VALENCIA

«Las cosas están como están». Con esta enigmática aseveración zanjaba ayer su particular análisis el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes.

Sin embargo, más allá del enésimo ejercicio de voluntarismo del alicantino, los nubarrones que se ciernen sobre la economía española ya han descargado la primera gran tormenta sobre los ingresos tributarios que el Estado recauda en la Comunidad Valenciana.

Por encima de debates dialécticos sobre si la actual coyuntura se puede calificar de crisis -como marcan las estadísticas oficiales- o simple «desaceleración» -como sostiene el Gobierno-, lo cierto es que el «agujero» en las cuentas públicas resulta clarificador.

Así, en los cuatro primeros meses del año los ingresos estatales en la Comunidad Valenciana se han reducido en 868 millones respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, lo que representa una caída del 13,7% (ver gráfico adjunto), el doble que la media estatal.

Las cifras revelan que la provincia de Castellón, con un descenso de la recaudación tributaria que supera el 22% -tres veces más acusado que en el conjunto español-, es la que más está padeciendo las consecuencias del frenazo económico en los cuatro primeros meses del año en curso.

Estos datos, que ofrece el Gobierno central y no entienden de «patriotismo», están incluidos en el último informe de la Agencia Española de la Administración Tributaria (AEAT) y contribuyen a confirmar la crudeza la crisis, que está afectando especialmente al consumo de las familias y a los beneficios empresariales.

De hecho, el monto de la recaudación por el concepto del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que grava las compras y es la principal fuente de ingresos en la Comunidad Valenciana para la Administración central, se ha desplomado un 18,7% y cae hasta los 2.496 millones.

La Agencia Tributaria atribuye en su informe el descenso de la recaudación «a la atonía del consumo, el parón inmobiliario, el aumento del precio del petróleo (reduce ingresos y aumenta devoluciones) y a la mayor repercusión de la consolidación de los grupos fiscales».

Goteo de evidencias

Los datos de Hacienda, no obstante, corroboran el goteo de indicadores que, a diario, dejan en evidencia un frenazo económico sin precedentes en la última década, que está incidiendo con especial crudeza en la región.

De hecho, los dos grupos de la oposición plantearán este jueves dos cuestiones de índole económica al presidente de la Generalitat, que comparecerá en la sesión de control.

Mientras, ayer tocó el turno de las matriculaciones de turismos, que cayeron un 34% en mayo respecto al mismo mes del año anterior.

Este descenso es el más pronunciado del país, únicamente superado por el de Murcia, que es la región española que más está sufriendo los efectos de la pérdida de dinamismo económico, junto a la Comunidad Valenciana.

Además, las cifras aportadas ayer por la patronal de la industria automovilística Anfac revelan el mayor desplome en la última década, que tendrá su traslación en el descenso de ingresos tributarios a través del impuesto de Matriculación, aunque todavía no se disponen de cifras cerradas al respecto.

En todo caso, el declive económico sí se aprecia claramente en la evolución del impuesto de Sociedades, que tampoco corre mejor suerte y acumula un descenso de la recaudación del 60% en los cuatro primeros meses de 2008.

Pérdidas empresariales

Con todo, Hacienda matiza que el traslado de la mayor parte de la recaudación del primer pago anual a mayo, y una merma de ingresos al permitir a las empresas optar por el método que les resulte más ventajoso, han influido de forma decisiva en este acusado descenso.

Sin embargo, el dato refleja la mayor dotación de las empresas para posibles insolvencias, así como una tensión al alza de los costes laborales y energéticos.

Mientras, el único de los principales tributos estatales que presenta una evolución positiva en relación al ejercicio precedente es el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), cuya recaudación crece un 5,2%, hasta los 2.474 millones. De esta forma, el IRPF toma el relevo del IVA como el impuesto que más recursos aporta a las arcas públicas en el ámbito autonómico.