Miércoles, 24/10/07

20MINUTOS - CARTA DE LOS LECTORES


ZONA20 | Carta de Zaragoza


Apóstata fiscal

JUAN ANTONIO PÉREZ. 24.10.2007

He leído que «la justicia obliga a la Iglesia a corregir los datos de un apóstata», los del señor Manuel Blat.

No lo entiendo. Si yo quisiera dejar de ser cristiano, no me tomaría las molestias de acudir al Obispado y pedir que me «borren del listado de bautizados», como ha hecho Blat: interiromente, mandaría a los curas a freír espárragos.

La sentencia de la Audiencia Nacional no dice que ningún Obispado deba borrar el nombre del amigo Blat, sino que debe añadir al registro una glosa donde afirma que ya no quiere serlo. Porque si se borran archivos, no defendemos la libertad individual, sino borramos la historia.

Servidor, por ejemplo, se declaró  apóstata fiscal, y exigí que todo mi historial hacendístico fuera borrado, porque eso dificultaría (mejor imposibilitaría) cualquier inspección fiscal de mi persona y patrimonio, pero el director de la Agencia Tributaria cercenó mi legítimo derecho.

La fe es libre –esté o no en un registro parroquial–, pero la Secretaría de Estado de Hacienda insiste en que  no conculca mi libertad individual porque me concede tres opciones: pago, sanción o cárcel.