El examen de la Comisión dice que "la ayuda es proporcional a los costes adicionales causados por estas desventajas, por lo que es acorde al objetivo general de fomentar el desarrollo de las regiones ultraperiféricas", indicó el Ejecutivo comunitario en un comunicado.

La comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, señaló que la medida "contribuirá significativamente a compensar las desventajas permanentes de las islas Canarias motivadas por su situación geográfica periférica, al aportar los incentivos necesarios para facilitar la inversión productiva y la diversificación económica".

La ayuda, con un presupuesto de 270,5 millones de euros, ofrece un incentivo a la creación y la expansión empresarial, al apoyar las inversiones productivas y contribuir a su capitalización. Además, el REF contribuye a la diversificación de la actividad económica y la puesta en común de recursos para la inversión en activos fijos.

La medida comprende una bonificación fiscal sobre la renta procedente de la venta de bienes en los sectores de la ganadería, la agricultura y la industria. También incluye una reducción fiscal para las empresas sobre los beneficios que generan sus establecimientos en las islas, que se asignen para contribuir a la llamada Reserva de Inversión Canaria.

Los importes asignados a esta reserva deben dedicarse a la adquisición de activos fijos establecidos en las islas o la suscripción de acciones o participaciones en el capital de sociedades que operan en ellas, siempre que esas empresas inviertan en activos fijos.

"La Comisión ha tenido en cuenta que las islas Canarias pueden acogerse íntegramente, en virtud de la exención prevista en el Tratado de la UE, a las ayudas destinadas a las regiones con elevado desempleo o bajo nivel de vida hasta el 31 de diciembre del 2006", añade la nota.

Bruselas explica que "las medidas propuestas no podrían considerarse ayudas para la inversión inicial según las directrices de ayudas regionales y constituyen, por tanto, ayudas de funcionamiento, prohibidas en general por las normas sobre ayudas estatales del tratado".

"No obstante, el Tratado reconoce las desventajas permanentes específicas de las regiones ultraperiféricas: la gran lejanía, insularidad, reducida superficie, relieve y clima adversos y dependencia económica de un reducido número de productos", según el comunicado.

Por estos motivos, la Comisión "permite una ayuda de funcionamiento que no sea decreciente y limitada en el tiempo, siempre que se limite a compensar los costes adicionales que surgen en la realización de la actividad económica en esas regiones".