El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, vivió ayer un auténtico baño de multitudes en la primera jornada del 39 Congreso Confederal de UGT. Fue, sin duda, el invitado más aclamado del día por los 800 delegados ugetistas y el resto de invitados al Congreso.
En una larga intervención de casi una hora, Zapatero se olvidó de las reformas estatutarias, constitucionales y de la política antiterrorista para descender al mundano terreno de la economía, las políticas sociales y sindicales.
Aunque buena parte del discurso del presidente consistió en parabienes a UGT (y alguno a Comisiones Obreras), Zapatero no quiso pasar por alto un llamamiento al sindicato, al que pidió que 'esté dispuesto' a hacer las reformas necesarias en materia de pensiones para garantizar la viabilidad del sistema a las próximas generaciones, por lo menos hasta 2020.
De esta forma, aunque no de manera expresa, Zapatero pidió a Méndez que acceda a negociar una reforma de la Seguridad Social, frente a la cerrazón mantenida por el sindicato desde 2001 a modificar el cálculo de la cuantía de las pensiones, que es una de las medidas que se barajan para garantizar el sistema.
De hecho, la mesa del diálogo social que negociará la reforma de las pensiones está en stand by en espera de la postura que adopte UGT en esta materia en el presente Congreso, según han admitido distintas fuentes de la negociación.
Previamente a esta petición, que Zapatero dejó para el final de su intervención, el líder del Ejecutivo enumeró los cuatro objetivos más inmediatos de su Gobierno: en primer lugar alcanzar 'cuanto antes' un acuerdo de reforma laboral.
Esfuerzo presupuestario
En segundo lugar, situó la apuesta por la educación, la investigación y la tecnología. Recordó que en julio próximo se presentará la Ley Orgánica de Educación y que los Presupuestos Generales de 2006 'incluirán el mayor esfuerzo presupuestario en materia de investigación, apostando por la colaboración entre el sector público y privado'. Esto llevará a España 'a converger con Europa en el uso de tecnologías de la información en 2009', dijo.
El tercer y cuarto objetivos prioritarios para Zapatero son la creación este año de la Ley de atención a personas dependientes y la Ley de Igualdad. Además, aseguró que el próximo año la contribución española a la ayuda al desarrollo pasará del actual 0,3% del PIB al 0,4% en 2006, 0,5% al final de la legislatura y 0,7% en la siguiente.
'Son objetivos ambiciosos, pero merecen la pena porque supondrán un nuevo cambio social', aseguró Zapatero entre constantes ovaciones del auditorio que llegó a interrumpir con sus aplausos en una veintena de ocasiones.
Esta efusividad contrastó con el poco entusiasmo de los delegados, momentos después, que no aplaudieron ni una sola vez durante el discurso del secretario general del sindicato, Cándido Méndez, que, con toda seguridad, será reelegido el sábado (último día del Congreso) como líder de UGT para los próximos cuatro años.
En su intervención de más de una hora, Méndez habló mucho de Europa y de globalización y cuando se refirió a España hizo hincapié en la necesidad de cambiar el modelo de crecimiento, de forma que no se base en el consumo de las familias y la construcción.
Se refirió a la reforma laboral y a la de las pensiones. Respecto a la primera mostró su rechazo a las tesis patronales que culpan al coste y a la autorización administrativa del despido de la elevada temporalidad. En el área de la Seguridad Social priorizó la creación de un marco legislativo para las prejubilaciones y la 'adecuación' de la pensión de viudedad. Propuso, además, que la reforma de la financiación autonómica y de los ayuntamientos incluya un compromiso de conversión de empleo temporal en fijo en las administraciones autonómicas y locales.
'Tengo el carné de UGT en la mesilla de noche'
Les faltó el puño en alto, pero ayer se pudo ver y oír al presidente del Gobierno y al ministro de Trabajo cantando la Internacional. Zapatero y Caldera no dudaron en entonar el himno socialista junto a los 800 delegados que asistieron ayer al 39 Congreso Confederal de UGT, mientras que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que acudió como invitada al acto, miraba divertida a los que cantaban.
Momentos después, ya durante su intervención, Zapatero pronunció la frase más aplaudida: 'tengo vuestro carné (el de UGT) en la mesilla de noche' y seguidamente se declaró 'orgulloso' de estar afiliado al sindicato. Después, llegó a pedir el respaldo expreso de la central: 'os pido que apoyéis al Gobierno', dijo.
La inauguración del Congreso de UGT fue para Zapatero 'la mayor prueba de talante, porque aquí se aplaude a la izquierda, a la derecha, a los empresarios....'. Se refería a la presentación de los invitados al Congreso en la que hubo ovaciones para los dirigentes socialistas, la representante del PP, Ana Pastor, el presidente de la patronal CEOE, José María Cuevas, y, sobre todo, para Alfonso Guerra, quien en calidad de presidente de la Fundación Pablo Iglesias recibió los mayores aplausos.
Por lo demás, está previsto que el Congreso se desarrolle sin grandes sorpresas, después de que Cándido Méndez anunciara el martes que prescindirá de su secretario de Organización, Alberto Pérez, lo que fue contestado por algunos dirigentes del sindicato, pero sin pasar a mayores. Hasta el sábado, los delegados debatirán su línea de acción para los próximos cuatro años y, previsiblemente el viernes, se conocerá la Ejecutiva, en la que no habrá muchos cambios.
Fidalgo pide autonomía sindical
'Después de oír al presidente del Gobierno declararse ugetista convicto y confeso, podría dar la sensación de que los
sindicatos no somos necesarios. Oyendo su programa de trabajo, los sindicatos podríamos descansar una temporada'. Así de
sarcástico recibió el líder de CC OO, José María Fidalgo, el discurso de Zapatero. Ante las constantes referencias de
Zapatero a su simpatía por UGT, Fidalgo recordó en su intervención la importancia de la autonomía sindical: 'todos sabemos
que aunque (el discurso de Zapatero) sea de izquierdas y bienintencionado, el rigor, la inteligencia, la autonomía, la
tenacidad y firmeza del movimiento sindical son las verdaderas garantías de los derechos de los trabajadores'
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