El presidente del Grupo Santander, Emilio Botín, vaticinó ayer en Valladolid un "descenso gradual" de la actividad de los sectores de la vivienda e hipotecario, pero aseguró que está convencido que a pesar de ello "no habrá ni crack ni burbuja" en estos ámbitos. Preguntado, en conferencia de prensa, por las recomendaciones y previsiones para España del último informe de la a Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en cuanto al sector inmobiliario, Botín reconoció que "que quizás ha sido un poco fuerte" el crecimiento experimentado en los últimos años.
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"El sistema ha crecido mucho, lo cual ha sido bueno para el país, y a ello han ayudado los tipos bajos de interés", señaló el presidente del primer grupo bancario de la zona euro y noveno del mundo, quien se mostró "optimista de que no habrá casos de crisis como se ha podido decir por algunos" y explicó que la de España es una situación "parecida a la inglesa, en cuanto al crecimiento del mercado hipotecario".
"Aquí ocurrirá algo parecido a Inglaterra, donde se ha producido un gradual decrecimiento de esta demanda", dijo Botín, al tiempo que aprovechó para destacar que en el Reino Unido, después de que su banco comprase el Abbey National, "de cada cinco británicos uno es cliente del Santander".
Sobre la desaceleración del crecimiento hipotecario añadió que "evidentemente, si se hacen menos hipotecas haremos menos hipotecas todos, pero hay que tener en cuenta que en el país no sólo hay hipotecas, sino que hay créditos a las pequeñas y medianas empresas y a las grandes".
El informe de la OCDE indica que "el precio de la vivienda se ha doblado prácticamente en términos reales desde 1998, lo que aumenta el riesgo de una caída de los mismos a medio plazo, mientras que el rápido incremento asociado al endeudamiento de las familias también acentúa la vulnerabilidad de la demanda interna frente a unos niveles más altos de tipos de interés".
Para enfriar el mercado inmobiliario, la OCDE propone reformas que vayan "más allá de las ya adoptadas", entre ellas la supresión de las trabas que limitan la oferta de suelo edificable, la desaparición progresiva de los incentivos fiscales a la compra de la vivienda y el favorecimiento del mercado del alquiler. |