El Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) cree que, aunque el ritmo constructor de viviendas es "ingente" e "insostenible", el crecimiento de sus precios será, este año, únicamente unas décimas inferior al del 2004. Durante una rueda de prensa, el presidente del CSCAE, Carlos Hernández Pezzi, descartó, además, que el plan de vivienda que prepara el Gobierno pueda contener, por sí mismo, el aumento "imparable" de los precios de la vivienda, algo que ha de pasar, en su opinión, por una reforma en el sistema de financiación
de los ayuntamientos, entre otras medidas.
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El responsable del CSCAE recordó que, durante el año pasado, se expidió el máximo histórico de 757.680 visados para iniciar viviendas, mientras que —según sus cálculos— España sólo necesita construir entre 250.000 y 300.000 anuales. De hecho, calcula que el crecimiento vegetativo de la población sólo requiere de unas 100.000 anuales, lo que, unido a la paulatina inflación de las viviendas, permite hablar de "burbuja o eclosión inmobiliaria".
"Se está despilfarrando en construir para una demanda inexistente, sólo porque los tipos de interés lo permiten", con lo que "pronto habrá que llenar este país de extranjeros y turistas residentes para que ocupen las casas que sobran", apuntó Hernández Pezzi, quien se preguntó si "estamos dispuestos a asumir ese coste social y medioambiental". En su opinión, al tiempo que se "machacan" las ciudades y la costa mediterránea y se despoblan otras zonas, se paraliza la vida de los jóvenes, que tardan diez años más que la media europea en independizarse.
Este elevado ritmo constructor ha hecho que en España ya haya 18,1 viviendas por cada mil habitantes, mientras que la media euroepa es de 5,7, y que el sector suponga el 17% del PIB, cuando la media es del 3,7%. Además, se produce la paradoja de que, mientras que se necesitan cerca de 7 rentas familiares para pagar una vivienda —frente a la media europea de 3,5 rentas—, se construyen anualmente las mismas en Francia, Italia y Alemania juntas.
En opinión de Hernández Pezzi, esta situación está provocando una "derivación ingente de recursos al sector de la construcción que este país no puede pagar", puesto que se está mermando la capacidad de invertir en otras partidas "mucho más importantes para la sociedad" como el I+D o la educación, que "literalmente se están enterrando en cemento".
Sin moderación de los precios
Aún así, los arquitectos creen que los precios de las viviendas seguirán creciendo a ritmos similares a los del 2004, cuando subieron cerca del 17%, según datos del Ministerio de Vivienda, y un 12,7%, si se tienen en cuenta los importes de las tasaciones de pisos nuevos. "Acaso el crecimiento sea unas décimas menos que en el 2004", según Pezzi, "siempre que no haya un cambio económico brusco, como un fuerte descenso del turismo o un importante incremento de los tipos de interés".
Los arquitectos son pesimistas en cuanto a las vías para poner freno de forma ordenada a este crecimiento, ya que, mientras no haya verdaderas alternativas a la adquisición de viviendas —como el alquiler o los pisos protegidos— nos ciudadanos no tendrán más remedio que comprar. Al respecto, aseguran que la escasez de viviendas en alquiler es "alarmante", lo que provoca un "oligopolio" en el que "no hay más remedio que comprar, con independencia de los precios".
Sin embargo, el principal problema, en opinión de este colectivo, es que los ayuntamientos no están dispuestos a "rascarse el bolsillo" y dejar de financiarse a través del suelo —que es sólo "pan para hoy y hambre para mañana"—, por lo que "es urgente alcanzar un pacto de Estado para encontrar una nueva vía de ingresos".
Por ello, los arquitectos creen que la Administración —incluidos los Ministerios de Economía, Industria y Medioambiente— "tiene que hacer algo", además de un plan de vivienda, cuyo modelo "está agotado y no sirve para solucionar la situación". "Hace ya años que la locomotora está desbocada", por lo que "ya estamos fuera de plazo" para que haya una recesión del sector, que, en opinión de Hernández Pezzi, "sería muy perjudicial para toda la economía nacional".
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