Los tres nuevos acuerdos están basados en los mismos cuatro elementos del convenio con el Gobierno suizo. Así, las entidades financieras de los tres países deberán a partir de ahora aplicar un impuesto sobre los pagos de intereses a las personas físicas residentes en la Unión Europea.

Las tasas serán idénticas a las previstas para Bélgica, Luxemburgo y Austria en la directiva sobre la fiscalidad de ahorro: un 15% en los tres primeros años, un 20% en el trienio siguiente y un 35% en adelante.

San Marino, Liechtenstein y Mónaco, dividirán los ingresos de los impuestos retenidos y transferirán el 75% a la administración fiscal del Estado miembro de la UE donde resida el beneficiario. La retención de impuestos no será aplicada si el contribuyente con residencia en la UE autoriza a la entidad financiera a comunicar a su administración fiscal las informaciones sobre los intereses pagados.

Además, los convenios incluyen una cláusula que obliga a las partes contratantes a consultar al menos una vez cada tres años o a demanda de alguna de ellos, con el fin de mejorar el funcionamiento técnico del acuerdo y teniendo en cuenta la evolución de la situación internacional. Por último, los tres países procederán a un intercambio de informaciones con la UE en caso de fraude o de infracciones de gravedad similar.

Cada uno de los tres acuerdos está acompañado de un memorándum que regula la cooperación futura entre cada uno de los tres países y la Comunidad o los Estados miembros de la UE. El comisario europeo de Fiscalidad y Aduanas, László Kovács, se declaró feliz por la adopción de unos acuerdos que a su juicio "atestiguan la voluntad de estos tres socios europeos para colaborar activamente con nosotros en la lucha contra las distorsiones del mercado de los capitales.