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CINCO DÍAS - ECONOMÍA   

19 de Noviembre de 2004    


Los administradores de fincas creen que sólo con más seguridad jurídica a los arrendadores se podrá fomentar el alquiler

R. Díaz Guijarro / MADRID

Compro o alquilo? Mientras los alemanes, belgas, holandeses, franceses o británicos es habitual que se tomen su tiempo antes de decantarse por una u otra opción, las últimas cifras del Censo de Vivienda elaborado por el Instituto Nacional de Estadística ponen de manifiesto que los españoles, en casi el 90% de los casos, ni se lo plantean, directamente compran, si pueden hacerlo con los actuales precios.

¿Es un problema de arraigo tradicional por la propiedad o existen más causas? Los expertos creen que, aunque no es desdeñable la tradición mediterránea que otorga mayor valor a la propiedad que al arrendamiento (baste recordar que Italia y Grecia son los otros dos países de la Unión, junto con Irlanda, con mayor peso de viviendas en régimen de propiedad frente a las arrendadas), también es cierto que hace cincuenta años en España había aproximadamente un 50% de pisos en régimen de alquiler.

'Esto demuestra que las políticas llevadas a cabo por los sucesivos gobiernos que ha tenido el país desde entonces y las legislaciones promulgadas han ido promoviendo la propiedad en detrimento del alquiler', explicó ayer el presidente del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas, Miguel Ángel Muñoz.

El abandono de la construcción de un parque público de pisos para arrendar a precios asequibles, como sí existe en otros países de Europa, y la revolución acontecida en el sistema financiero español han hecho el resto. 'Cuando un demandante de vivienda comienza a valorar la diferencia entre la cuota que tendrá que pagar al propietario y la que reembolsará a la entidad que le ha concedido la hipoteca y ve que apenas existen diferencias, la decisión se toma sola', señalan desde una promotora.

Pero ¿merece entonces la pena fomentar el alquiler? Los expertos sostienen que sin duda, ya que si se incrementa la oferta de casas para arrendamiento a precios asequibles, la demanda de esta clase de pisos se verá atendida y ejercerá menor presión sobre la vivienda en propiedad. La clave está en animar a los propietarios de viviendas vacías a que destinen éstas a ese mercado.

'Sólo con mayor seguridad jurídica se logrará movilizar el parque de casas vacías', sostiene Muñoz. Sin llegar quizás al extremo de California, donde a las 72 horas de haberse denunciado a un inquilino por impago éste puede ser desalojado de la casa, los administradores de fincas creen que la agilización efectiva de los procesos de desahucio es la clave y no tanto la creación de organismos como la agencia pública del alquiler. Además, Muñoz apoyó la posibilidad de reducir de forma parcial las deducciones fiscales con las que cuenta la adquisición de vivienda.

El abogado y director de la editorial jurídica Sepin, Daniel Loscertales, se mostró partidario de la eliminación de las deducciones por la adquisición de viviendas de lujo, porque 'no tiene sentido que alguien se pueda desgravar la compra de un chalet de un millón de euros'.

El ladrillo y el mito de la inversión segura

La idea de que el ladrillo 'nunca baja' sigue bastante extendida, a pesar de que el argumento no es del todo cierto. Tras el boom de finales de los años ochenta y la crisis económica de 1992, las casas registraron caídas de precios en términos reales (una vez descontada la inflación). Aún así, la demanda de casas mantiene el tipo, a pesar de la escalada de los precios y de los avisos de que la burbuja puede estallar. ¿Para qué se adquieren las viviendas? El 64,6% destina la casa a residencia habitual y un 16,5% la quiere como segunda vivienda. El 4,4% la dedica al alquiler, otro 6% reconoce que la deja desocupada y el resto se supone que es inversión.



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