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CINCO DÍAS - PORTADA   

31 de octubre de 2002    


Menos IAE, pero más impuestos

Manuel Aragüetes Estévez

El PP, por boca de su presidente-candidato, hizo dos promesas en la campaña de las últimas elecciones legislativas que habían de afectar de manera determinante al sistema de financiación de las Haciendas locales:

La consecución de un pacto local, que supondría una segunda descentralización del Estado constitucional y la 'desaparición' del impuesto sobre las actividades económicas (IAE), que afectaría al 90% de los contribuyentes de este impuesto, especialmente a los autónomos y pequeños empresarios.

Se han perdido dos años para desarrollar el llamado pacto local; si se hubiese puesto orden en la gestión y financiación de las competencias propias y ajenas ejercidas por los entes locales, sobre todo ayuntamientos, un lógico colofón, hubiera sido una verdadera reforma de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, que nos situara, por fin, en el siglo XXI, en la Europa de la subsidiariedad.

Eso exige hacer las cosas de una manera lógica, planificada, democrática, científica y dialogante. Cualidades estas que hasta ahora no adornan excesivamente las reformas del PP.

En lugar de ello se ha optado, de nuevo (Ley de Calidad de la Enseñanza, decretazo...), por la ocultación de datos, el ninguneo de los técnicos y la negativa al diálogo. Y ahora además las prisas, por motivos, claro, estrictamente electorales.

Un año entero de trabajo de la comisión de expertos Federación Española de Municipios y Provincias-Ministerio estudiando los efectos y soluciones a la desaparición del IAE se ha tirado directamente a la basura. La FEMP ha recibido el borrador del proyecto de ley ¡tres días antes! de que éste fuera enviado al Congreso. Y aquí no acaba la cosa, se pretende aprobar en menos de dos meses, y que entre en vigor el 1 de enero de 2003, ¿a qué viene tanta prisa?, faltando dos años para el final de la legislatura. Pero es que además en 2003 se producirá, según la nueva ley, el recorte de ingresos para las Haciendas locales. En cambio, su posible compensación, la participación en una cesta de impuestos estatales, deberá esperar hasta 2004.

¿Qué lógica tiene esto? Las preguntas y la preocupación se disparan: ¿tiene datos fiables el Gobierno sobre la repercusión económica real de la misma?, ¿los tiene, acaso, sobre la posibilidad de compensación real que tendrá la participación en la cesta?

Hasta aquí lo que podríamos llamar defectos de forma, que impiden la mejora de la financiación municipal, generan incertidumbre y ni siquiera garantizan la situación actual. Pero es que el fondo no resulta menos desolador.

La prisa y la incompetencia del Gobierno del PP evidencian en el proyecto de ley el mismo juego de espejos que el que ha practicado con sus famosas rebajas de impuestos : baja IRPF, suben resto de impuestos. Resultado: mayor presión fiscal.

Aquí se reproduce el modelo. Quita el IAE, pero, como no puede compensar ingresos a los ayuntamientos, les fuerza directamente a subir el resto de impuestos. ¿A quiénes? Evidentemente y en primera instancia a los mismos a quienes han quitado el IAE.

Qué quiere decir, si no, el cambio fundamental del proyecto de ley con respecto al impuesto de bienes inmuebles (IBI). Por primera vez se contempla la diferenciación, en el tipo de gravamen, según el uso de la propiedad inmobiliaria, lo que algunos ya denominan el IBI comercial.

Pero es que, además, el Gobierno eleva, en todos los impuestos municipales, los topes de gravamen, incitando así a que los ayuntamientos enjuguen la pérdida de ingresos del IAE con subidas generalizadas en el resto de impuestos. Tal es así que podría darse el caso de que pagando el nuevo IAE entre el 30% y el 50% de los actuales contribuyentes podrían ver incrementada su cuota final hasta el doble de la cantidad que pagan ahora, según la realidad de cada ayuntamiento. ¿Aumenta esto el empleo?, ¿y los beneficios empresariales?

Claro que también ahora el Gobierno permite que se opte por otra solución, la subida de hasta tres veces, la cantidad que por IBI pagan los inmuebles dedicados a negocio. Y, claro, menudo negocio para el profesional y/o pequeño empresario.

Le quitan uno el IAE y le cobran hasta tres veces más en el IBI, caramba, pero si todavía algunos ayuntamientos van a mejorar sus ingresos, eso sí, aumentando las dificultades de las pymes. Menudas alforjas para un viaje al absurdo.

El Gobierno debe, ¡otra vez!, rectificar. Porque es cobarde y malsano para el sistema fiscal, trasladar su responsabilidad a los ayuntamientos sin negociarla. Porque seguramente será inconstitucional que, por ejemplo, no pague IAE un profesional que facture más de un millón de euros y sí lo pague una empresa que dé pérdidas. Porque resultaría socialmente injusta la misma exención generalizada a las familias numerosas, sin tener en cuenta su diferente nivel de rentas. Porque también en la fiscalidad municipal el PP va a crear dos categorías de ciudadanos; los que viven en ciudades de más de 100.000 habitantes (cesta de impuestos del Estado) y todos los demás, que verán incrementado el resto de impuestos. Porque el IBI ya no se pagará sólo en función del valor catastral -igualdad para todos-, sino del tipo de municipio donde resida el contribuyente.

No estamos en contra de la retirada del IAE, que quede claro. Lo estamos de la demagogia y la falta de rigor. Que el Estado garantice la suficiencia financiera de los ayuntamientos y que el Gobierno del PP decida de sus propios impuestos los regalos electorales que deseé. Y que cuanto antes rectifique este auténtico golpe de mano a las Haciendas locales y rectifique lo que de momento no es más que un engaño.

Ya está bien de subir los impuestos -unos u otros qué más da- para mantener la entelequia del déficit cero.



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