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EXPANSIÓN - ECONOMÍA   

26 de septiembre de 2002    


El IVA compensa la rebaja del IRPF

La segunda gran rebaja fiscal del PP condiciona por completo los presupuestos del próximo año.

Expansión - Madrid.

Los 3.000 millones de euros que se ahorrarán las familias con la rebaja del IRPF se compensarán con el avance del IVA de un 8,4% y de Sociedades, de un 7%. Con todo, los impuestos registrarán un moderado avance del 5,5%, por debajo del incremento nominal de la economía, de un 5,8%.


Hacienda confía en que el aumento del consumo de las familias consiga compensar el impacto de la nueva rebaja fiscal. Los 3.000 millones de euros que se ahorrarán las familias gracias a la reforma del IRPF lastrarán en 2003 los ingresos del Estado, que tendrán que echar mano principalmente del IVA para conseguir salvar el año con un modesto incremento de la recaudación tributaria de un 5,5%, tres décimas por debajo del crecimiento nominal que tendrá la economía.

El responsable de Hacienda, Cristóbal Montoro, no ocultó ayer que “la demanda interna tendrá un peso decisivo en los próximos presupuestos”, pese a lo que puntualizó que “la propia rebaja del Impuesto sobre la Renta prevista se encargará de levantar el consumo final hasta un 2,9%”.

La estrategia de rebajas de impuestos plasmada en estos presupuestos, y el consiguiente efecto de aumento del poder adquisitivo de los hogares, deberá permitir, de esta forma, que el IVA aumente sus ingresos un 8,4% y se sitúe en una recaudación total, sumada la parte del Estado y la cedida a las comunidades autónomas, de 39.180,9 millones de euros. Por detrás sólo el Impuestos sobre Sociedades conseguirá superar el crecimiento nominal del PIB de un 5,8% previsto para el próximo año. El tributo que grava los ingresos de las compañías crecerá un 7% hasta alcanzar un total de 21.089.9 millones de euros.

Por debajo de estos dos gravámenes, el IRPF y los Impuestos Especiales (los que afectan a los hidrocarburos, el alcohol y el tabaco) sufrirán el impacto de las reformas tributarias. El Impuesto sobre la Renta, objeto de la segunda gran reducción fiscal del PP, crecerá sólo un 2,7%; los Especiales, por su parte, avanzarán un 5,3%, debido a la decisión del Gobierno de congelarlos en 2003, con lo que realmente se producirá una rebaja del 2% de estos impuestos. Pese a ello, el IRPF no perderá su puesto de tributo con mayor recaudación. Sus ingresos totales llegarán a 45.719,8 millones de euros.

Montoro no ocultó ayer que el resultado final de esta previsión de ingresos queda lejos del optimismo de que hicieron gala los presupuestos para 2002. El ministro señaló que “el aumento de los ingresos tributarios, de un 5,5%, resulta ser 1,7 puntos inferior al estimado en términos homogéneos en los anteriores presupuestos”.

El dato de ingresos para 2003 es aún más modesto si se incluye el resto de recaudación que obtiene el Estado por medio de las tasas, transferencias e ingresos patrimoniales, cuyo volumen no sólo no crece sino que se reduce en un 6,9% respecto al ejercicio pasado, limitando el avance de la cifra total de ingresos del Estado -excluidos los financieros- a un mero 4,3%.

La presión fiscal bajará casi tres décimas respecto al dato de 2002, al reducirse al 19,1%. Esta rebaja de la carga fiscal se convierte en la auténtica llave para poder cumplir el objetivo de crecimiento previsto de la economía de un 3% el próximo año.

Montoro se mostró ayer confiado en el éxito de las recetas adoptadas para revitalizar la economía y no dudó en afirmar que “estos presupuestos permitirán seguir creciendo por encima de la UE y creando empleo”. El ministro recordó también que “el próximo año entrará en vigor la eliminación del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) para 2,3 millones de pymes, el 90% del total de empresas”.

El Gobierno cuenta, además, con la ventaja de que el rigor de la Ley de Estabilidad Presupuestaria que entra en vigor en 2003, obliga a cuadrar los ingresos con los gastos no sólo en el Estado, sino también en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos.

A partir del año que viene, todas las administraciones dispondran de un porcentaje de IRPF, IVA y Especiales en sus carteras de ingresos, como ya ha confirmado el Gobierno, con lo que el apoyo y el interés en lograr una mayor recaudación vendrá, por primera vez en España, desde todos los niveles de Gobierno -nacional y territorial.

Impuestos directos

Los impuestos directos no conseguirán seguir el ritmo de los tributos indirectos. La rebaja del IRPF prevista para 2003 reducirá la recaudación del Impuesto sobre la Renta que sólo aumentará un 2,7% para situarse en unos ingresos totales de 45.719,8 millones de euros. Además, los ingresos por renta se ven desfavorecidos por el fuerte incremento esperado por Hacienda en la recaudación de 2002 del IRPF.

Según las cifras recogidas en los presupuestos, el avance de liquidación para este año arrojará una recaudación por este tributo de 44.531,1 millones de euros, un 21% más que los ingresos logrados a cierre de 2001.

La explicación del Ministerio de Hacienda se basa en el fuerte aumento del número de cotizantes a la Seguridad Social, que ha crecido a un ritmo de 500.000 personas en 2001 y 2002. Todos estos nuevos cotizantes, lógicamente han pasado a formar parte del grupo de contribuyentes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.

El segundo gran tributo directo, el Impuesto sobre Sociedades, seguirá siendo uno de los grandes protagonistas de la recaudación fiscal durante el año que viene. La rebaja de este tributo aprobada en 2001 y que entró en vigor el pasado mes de enero, no sólo ha permitido que Sociedades esté creciendo este año a ritmos del 20%, sino que seguirá aportando efectos benéficos en el próximo ejercicio. El Impuesto sobre Sociedades, así, crecerá un 7%, hasta situarse en unos ingresos totales de 21.089,9.

El Gobierno espera, además, que la venta de patrimonio que han efectuado las compañías en 2002 gracias al nuevo sistema de incentivos fiscales por reinversiones, haya permitido a las empresas deshacerse de las partes del negocio menos rentables y coger oxígeno ante el esperado inicio de la reactivación de la economía. El aumento de sus beneficios debe convertirse, así, en un aumento de la recaudación por Sociedades.

Impuestos indirectos

Los impuestos indirectos -los que paga el contribuyente en el momento de realizar una compra- serán los encargados el próximo año de impulsar el avance de la recaudación total del Estado. Los ingresos de estos tributos, entre los que se encuentran el IVA y los Especiales, crecerán un 7,4% y se situarán en 58.246 millones de euros.

El principal responsable de este avance será el IVA, que con un crecimiento de un 8,4% aportará a las arcas del Estado 39.180,9 millones de euros. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro confía en el avance del consumo para conseguir esta cifra de recaudación. Las previsiones macroeconómicas, de hecho, reflejan un avance de la demanda interna de un 3,1% que se apoyará en un incremento del consumo de los hogares de un 2,9% y de las administraciones públicas de un 3%.

El IVA deberá convertirse, así, en 2003, en el gran beneficiado de las rentas liberadas por la rebaja de un 11,1% del IRPF. El Estado no duda de que esta mejora de la renta familiar desemboque en una mayor consumo de los contribuyentes y, con ello, en un mayor pago de los impuestos que se aplican en cada compra.

Los Impuestos Especiales -que gravan el alcohol, el tabaco y los hidrocarburos- también saldrán ganando con la rebaja fiscal, aunque en menor medida. La principal razón para que no sigan el fuerte ritmo del IVA será la decisión del Gobierno de congelar estos tributos y no actualizar sus gravámenes con el encarecimiento de los precios, lo que supondrá una rebaja real para los contribuyentes de cerca de un 2%, según la cifra prevista de inflación en los presupuestos.

Con todo, los Especiales crecerán un 5,3%, hasta llegar a los 16.945,8 millones de euros. El peor comportamiento dentro de este grupo de impuestos será el de los hidrocarburos, que únicamente avanzarán un 3,6%. Mientras, el tributo sobre el alcohol aumentará sus ingresos un 6,9% y el del tabaco un 8,6%.

Transferencias de la UE

La Unión Europea transferirá el año que viene a España 16.045 millones de euros, de los que 9.016 millones corresponderán a los fondos estructurales y de cohesión. Hay que recordar que este volumen de recursos responde al acuerdo que los Quince alcanzaron en el Consejo Europeo que se celebró en Berlín en 1999. En esta reunión se pactó el destino de estos recursos para el septenio 2000-2006.

Dentro de los Fondos Estructurales, España recibirá el año que viene 7.431 millones de euros, lo que representa un incremento del 6,5% respecto a 2002. Este aumento de los recursos para estos fondos refleja la puesta en marcha de los proyectos presentados para su financiación. y que en años anteriores sólo estaban en fase de proyecto.

Por esta razón, desde 2000, cuando los recursos ascendíana 4.131 millones de euros, se comprueba que la cuantía de estos fondos va en aumento a medida que transcurren los ejercicios. Dentro de este capítulo de las ayudas comunitarias a España, los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER) aportarán a la cofinanciación de proyectos -junto a las diferentes Administraciones españolas- 3.919 millones de euros.

Para políticas de empleo, el Fondo Social Europeo transferirá a España el año que viene 2.066 millones de euros, mientras que en ayudas destinadas a la agricultura y a la pesca, a través de los fondos del Feoga y del IFOP, se invertirán 1.446 millones de euros.

Bajo el paraguas de los Fondos de Cohesión, destinados específicamente a la inversión en infraestructuras y la mejora del medio ambiente en la Unión Europea, España recibirá el año que viene 1.585 millones de euros, similar a la cuantía que se espera recibir en este año. Otras transferencias que España percibirá de Bruselas el próximo ejercicio, aunque de menor cuantía, pero de importancia social ascenderán a 300 millones de euros. Estos recursos se dedicarán a la reconversión de los sectores siderúrgicos y del carbón.

Por su parte, España abonará en 2003 a la Unión Europea 8.496 millones de euros. De esta cuantía, el capítulo más importante de la aportación española serán los recursos ligados al Producto Nacional Bruto. Por este concepto, España transferirá a Bruselas el año que viene 4.725 millones de euros y 2.614 por la recaudación del Impuesto sobre el Valor Añadido. Pero, en conclusión, en la balanza financiera con la UE, el saldo es positivo para España, por una cuantía equivalente a 7.548 millones de euros, superior en 605 millones a las previsiones de este año.

Tasas

La recaudación por tasas del Estado cae un 11,2% respecto a la recaudación prevista a cierre de este año. Con unos ingresos de 2.701 euros las tasas –gravámanes fiscales que aplica el Estado cuando presta un servicio a un contribuyente– quedarán lejos de los 3.040,1 millones que el Estado espera lograr en 2002.

Las tasas, de esta forma, pese a que tendrán una actualización de sus gravámenes de un 2% para equipararlos a la inflación prevista, recogerán el efecto propio de la cesión de competencias a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos, organismos que pasarán a ofrecer parte de los servicios públicos y que, con ello arrebatarán al Estado esta recaudación.

Esta caída, de hecho, se producirá pese a la creación de ocho nuevas tasas recogidas en la ley de acompañamiento de los presupuestos: nuevos gravámenes sobre los medicamentos registrados en la Seguridad Social, sobre la industria alimentaria, sobre los permisos para pilotar embarcaciones de recreo o sobre las convalidaciones de estudios que, sin embargo, sólo recaudarán 2,5 millones de euros.

Ingresos patrimoniales

Los ingresos patrimoniales obtenidos por el Estado sufrirán un importante descenso en 2003 de un 22,9%. La principal causa de esta caída radica en la previsión de un fuerte desplome de los ingresos del Banco de España, que recogerán el próximo año un descenso del 27,9%.

Esta comparación, sin embargo, no puede analizarse al margen del principal acontecimiento ocurrido en 2002: el cambio al euro. La eliminación de la peseta y la llegada de la nueva divisa europea ha supuesto, a lo largo de este año un ingreso adicional para el Banco de España, fruto de las gestiones realizadas de introducción del euro -denominadas como derechos de señoriaje- y del hecho de que las pesetas que los españoles se han quedado en los bolsillos, sin cambiar, engorda los ingresos del banco central. Así, la vuelta a la normalidad de los ingresos del Banco de España y el consiguiente reflejo en los presupuestos de su abultada caída consiguen lastrar toda la partida de ingresos del Estado no tributarios, a los que arrastra a un descenso de un 6,9%.

La pérdida de ingresos patrimoniales, además, contará con la compensación de la buena marcha de las transferencias de capital y de las transferencias corrientes procedentes de otras administraciones, que avanzan por encima del crecimiento nominal de la economía, para paliar sus efectos negativos sobre la cifra de ingresos totales del Estado.

Gasto fiscal

Los gastos fiscales caerán el próximo año, como consecuencia de la cesión de impuestos a las autonomías y de la rebaja del IRPF. Esta partida, que recoge los gastos que asume el Estado con motivo de las distintas deducciones, desgravaciones y exenciones que aplican los contribuyentes en los impuestos, bajará desde los 40.041,14 millones de euros de 2002 hasta los 35.600, 49 millones para 2003, un descenso de un 11% debido a que se reduce el número de declarantes.

El mayor descenso de estos gastos corresponderá al IRPF, tributo que recoge una caída en el importe total de los incentivos fiscales de casi 3.000 millones. La rebaja del impuesto supondrá unmenor importe de las deducciones. Sin embargo, determinadas partidas traslucen algunos de los fenómenos que han apuntado algunos analistas. La deducción por compra de vivienda, por ejemplo cae un 17%, claramente por encima de la rebaja media de los gastos fiscales y reflejan, por lo tanto, una menor inversión en inmuebles de los contribuyentes españoles.

El avance del empleo, sin embargo, muestra la cara contraria: las reducciones fiscales aplicables por todos los trabajadores desciende un 6%, prácticamente la mitad que la rebaja general, dato que respalda la creación de 280.000 empleos previstos para 2003. En Sociedades, el importe de las deducciones permanece estable, mientras que en el IVA caen un 5%.



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