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EL MUNDO - ECONOMÍA   

19 de Julio de 2002    


LUCHA CONTRA EL FRAUDE

¿Está cambiando la Agencia Tributaria?

SALVADOR RUIZ GALLUD

El reto de la Agencia Tributaria, que este año celebra el décimo aniversario, es acabar con el fraude. Un objetivo, según el autor, que va parejo también con la agilización de los trámites de devolución y el proyecto de reforma del nuevo IRPF.


El pasado miércoles 26 de junio, a las 12.47 horas, un ciudadano envió su declaración de IRPF a la Agencia Tributaria por Internet. En principio, se trata de un trámite más, que ya se ha convertido en habitual para muchos contribuyentes. Pero esa declaración hizo el número un millón de las presentadas por Internet en la recientemente cerrada Campaña de Renta, un hito en la historia de las relaciones entre Administración y administrado.

Con esa cifra, que finalmente se ha situado en 1.150.000 declaraciones, se ha más que doblado la cifra de la campaña del año pasado.Y, gracias a la mayor agilidad administrativa que se obtiene mediante procedimientos informáticos como el señalado, a 30 de junio ya han podido realizarse más de la mitad de las devoluciones de IRPF previstas para este año. El tiempo medio de devolución se sitúa hoy por debajo de 25 días -e incluso es inferior a una semana si la presentación se hace por Internet-, cuando hace seis años superaba los 85 días.

El Ministerio de Hacienda, y concretamente la Agencia Tributaria, trabajan permanentemente para hacer realidad la idea de una Oficina Virtual Integral, en la que los servicios tributarios sean accesibles a los ciudadanos sin necesidad de desplazamiento a las oficinas públicas. Así, este año se ha abierto la posibilidad de pujar por Internet en las subastas organizadas por la Agencia Tributaria, incluso programando previamente la secuencia de pujas y sin necesidad de encontrarse ante el ordenador personal en el momento de la subasta.

Pero el nuevo IRPF, cuyo proyecto de ley se tramita en este momento en las Cortes Generales, es aún más ambicioso, y prevé el envío en 2004 de un borrador de declaración a un amplio colectivo de contribuyentes, evaluado en una primera aproximación en más de 5,5 millones.

Con ello, se simplificará al máximo el cumplimiento tributario de dicho colectivo, sin duda una de las vías para potenciar la correcta atención de las obligaciones fiscales.

El cumplimiento se verá potenciado por los cambios normativos previstos en el nuevo impuesto, concretamente por la importante reducción general de cuotas -evaluada en media en un 11,1%, la segunda rebaja que se produce tras la de 1998 que supuso una reducción impositiva del 13,8% de media-. Y esta rebaja será mayor para los contribuyentes de menores rentas y para las familias.

La Agencia Tributaria, que celebra este año el décimo aniversario de su creación, trabaja a la vez en la vertiente de control o de lucha contra el fraude, que complementa el trabajo de asistencia y que garantiza la generalidad y la equidad en la aplicación del sistema tributario.

También en este campo es clave la informatización orientada a la mejora en la selección de los controles a efectuar y a la práctica de inspecciones ayudadas por ordenador, con lo que pueden tratarse de manera eficaz enormes volúmenes de información con origen en el propio declarante y en terceros que se relacionan con él -fundamentalmente entidades financieras, clientes, proveedores, empleadores y fedatarios públicos-.

Aunque le falte explicitar su segundo apellido, la Agencia Tributaria es también Agencia Aduanera. Y en este segundo entorno de trabajo se ha conseguido, entre otros logros, que la Aduana española sea una de las más modernas y competitivas de la Unión Europea, con tiempos medios de despacho de sólo una hora y ocho minutos; o que el consumo de tabaco de contrabando se haya reducido en España desde el 15% de hace unos años hasta el 2,1% actual, de acuerdo con las encuestas que realiza periódicamente Altadis (antigua Tabacalera).

Todo lo anterior no hace sino poner de manifiesto el dinamismo del Ministerio de Hacienda, y dentro de él, de una institución, la Agencia Tributaria, volcada en el servicio al ciudadano y en las labores de control.

Ese nivel de actividad, esa permanente adaptación a un entorno muy cambiante -piénsese en el tremendo reto, ya superado, que la introducción del euro ha supuesto para una organización tan informatizada como la Agencia-, es siempre necesario en un ámbito tributario, donde el contacto con el ciudadano es especialmente masivo y complejo. Y es posible en gran parte gracias al modelo de «agencia». Se trata de una forma de organización administrativa de corte anglosajón, que en los últimos años se viene extendiendo en el ámbito internacional. Permite una mayor agilidad en el uso de los recursos humanos y en materia de contratación, con los mismos controles que existen en otras instituciones públicas.

Por tanto, la Agencia Tributaria cambia, permanentemente y en profundidad. Sólo un factor se mantiene constante en su seno.Es el esfuerzo de su personal, firmemente comprometido con el servicio al ciudadano.

  • Salvador Ruiz Gallud es director general de la Agencia Tributaria


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