La nueva rebaja del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el tributo directo más importante del sistema fiscal español, provocará una caída de los ingresos de Hacienda valorada en 3.300 millones de euros entre los años 2003 y 2004, según se desprende de la memoria económica de la reforma, remitida ayer por el Gobierno al Consejo Económico y Social (CES).
Como contrapartida, según las estimaciones remitidas al CES, la segunda reforma del IRPF diseñada por Hacienda aportará 0,5 puntos al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) lo que, a su vez, permitirá crear 65.000 empleos.
El coste recaudatorio de la reforma, sin embargo, será considerablemente inferior a los 3.600 millones de euros que se ahorrarán los ciudadanos sólo en el primer año de aplicación del nuevo IRPF.
«El conjunto de cambios propuestos acarreará de forma directa una merma de recursos recaudatorios provenientes del IRPF, que se producirá desde el próximo año puesto que algunas medidas se trasladan de forma inmediata al sistema de retenciones y pagos a cuenta», argumentan los responsables de Hacienda en el documento remitido al CES. «Pero (...) junto al efecto en las arcas públicas, habrá consecuencias que compensarán en buena medida el coste recaudatorio».
Entre ellas, Hacienda destaca que el recorte de la carga impositiva de las familas «dará lugar a una sustancial en la renta disponible, lo cual generará de forma inmediata un aumento en el consumo, el ahorro y la inversión en bienes duraderos», generando a su vez un aumento en la recaudación por IVA y por Impuestos Especiales.Además, el incremento de la actividad económica y del empleo permitirá que se incorporen nuevos declarantes de IRPF. «En definitiva, el coste recaudatorio inmediato se verá compensado con ganancias de ingresos en otros impuestos, e incluso en el propio IRPF».
Hacienda argumenta en la memoria remitida al CES que la reforma aprobada en 1999 permitió una reducción media del 9% en las retenciones, y que el recorte medio en la cuota final del IRPF, de algo más del 14%. Como contrapartida, el tirón de la actividad económica y del empleo permitieron un incremento de 700.000 personas en la base de contribuyentes del IRPF.
Desde el punto de vista de la distribución entre la parte estatal y la autonómica del impuesto, Hacienda argumenta que «al igual que la reforma de 1998, el esfuerzo de la bajada de tipos impositivos lo realiza la Administración central», porque el anteproyecto del Ley del IRPF sólo modifica el tramo estatal, y no introduce cambios en el autonómico, que mantendrá su capacidad de recaudación.«Hay que destacar que en el marco del nuevo modelo de financiación autonómica, una gran parte de la mayor recaudación inducida por la reforma sobre otras figuras impositivas y sobre el propio IRPF irá a las CCAA, que verán así aumentada su autonomía financiera y su grado de corresponsabilidad», según el documento remitido ayer al Consejo Económico y Social.
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