El ministerio ha recogido estas previsiones en la Memoria Económica del Anteproyecto del IRPF enviada al Consejo Económico y Social (CES). Con esta documentación, el CES dispone ya de todos los datos necesarios para devolver el texto al Consejo de Ministros y permitir la tramitación parlamentaria del nuevo impuesto.
Hacienda asegura en esta memoria que “la reforma aportará 0,5 puntos al crecimiento del PIB y que ese crecimiento generará directamente 65.000 empleos”. El estudio del ministerio aclara, además, que la rebaja de la presión fiscal se dividirá entre los 2 próximos años, de forma que “2 décimas se rebajarán en 2003 y una décima en el año 2004”.
Sin embargo, Hacienda destaca que este “impacto, dependiendo de la evolución económica, podrá ser neutral sobre la presión fiscal”. Esta situación podría provocarse “por la recaudación obtenida a través de otros impuestos como el IVA y los especiales”, provocada, precisamente, por el incremento de la actividad económica del país y, con ello, del consumo de los contribuyentes.
“La reducción media del IRPF será del 11,1%, con una reducción del 38,1% para las rentas más bajas y del 6,39% para las más altas”, según añade esta memoria económica, que aclara que las comunidades autónomas no soportarán el impacto de la rebaja fiscal en su capacidad financiera.
Según el ministerio, “hay que destacar que en el marco del nuevo modelo de financiación autonómica, una gran parte de la mayor recaudación inducida por la reforma sobre otras figuras impositivas y el propio IRPF irá a las Comunidades Autónomas, que verán así aumentada su autonomía financiera y su grado de corresponsabilidad”.
Al igual que en la reforma de 1998, el esfuerzo en la bajada de tipos lo realiza el Estado, “de manera que en la tarifa se modifica solamente el tramo estatal, y se respeta el tramo autonómico y, por lo tanto, la recaudación que de aquel se deriva. La tarifa autonómica sólo se modifica para ajustarla al nuevo número de tramos (cinco)”, explica la documentación enviada al CES.
Hacienda asegura, también, que la reforma del Impuesto sobre la Renta planteada cumplirá el objetivo anunciado de “reducir la tributación de las familias, conciliar la vida laboral y familiar, mantener el dinamismo de la creación de empleo, rebajar la tributación de las rentas del trabajo e incentivar la prolongación voluntaria de la vida laboral”.
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