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EL MUNDO - ECONOMÍA   

24 de abril de 2002    


ESTANISLAO RODRIGUEZ-PONGA / Secretario de Estado de Hacienda

Entre la reforma fiscal y Garzón

Carlos Segovia / MADRID


Si es culpable, ha tenido el estómago y la temeridad de aceptar ser secretario de Estado de Hacienda después de haber colaborado en su pasado desde el sector privados en trapacerías contra el Fisco. Eso encajaría con la impulsividad que, según los que le conocen, le caracteriza.

Si es inocente, el funcionario vocacional que dejó un buen salario en Repsol para volver al Ministerio de Hacienda se encuentra desde ayer inmerecidamente en el infierno de la política. Eso encajaría con la ingenuidad que dicen que mantiene a sus 46 años.

Los tribunales decidirán, pero, de momento, Estanislao Rodríguez-Ponga, más conocido como Estanis en el Ministerio, vivió ayer su peor tarde en su despacho de la calle de Alcalá. Nacido en Madrid y licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense, Rodríguez-Ponga es considerado un entusiasta en todo lo que hace.Lo mismo disfrutó en sus primeros pasos de inspector de Hacienda en los ochenta, como dando ideas para optimizar fiscalmente operaciones del BBV (1992-1997) o dirigiendo sucesivamente la asesoría fiscal en Caja Madrid y Repsol (1997-2000).

Aunque siempre volcado en su trabajo, tuvo tiempo para presentarse y ser elegido presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF). Entre 1996 y 2000 presidió este órgano especializado del Consejo General de Economistas de España para los casi 4.000 asesores fiscales.

Como presidente del REAF Estanis es cada vez más conocido en su ámbito y ya en 2000 es elegido director general de Tributos.¿Por qué? «Estanis es funcionario de vocación y, aunque pierda dinero, tiene aún la ingenuidad de asumir puestos en la carrera desde los que pueda cambiar cosas», coinciden varios de sus amigos. El propio Rodríguez-Ponga atribuye también a su ingenuidad haber aceptado ir al palco del Bernabéu a ver a su Real Madrid junto a Florentino Pérez al tiempo que la Agencia Tributaria ponía en entredicho las cuentas del club. Rodríguez-Ponga niega de plano haber participado en la elaboración del Manual de productos fiduciarios para clientes del BBV que quisieran evadir impuestos.Sólo admite haber estudiado en la asesoría fiscal dentro de la legalidad «las repercusiones fiscales de la operación relacionada con la compra del Banco mexicano Probursa desde la perspectiva de la legislación tributaria española».

Todos elogian su capacidad de trabajo, pero la pregunta es si tendrá tiempo para defenderse ante la Audiencia Nacional y, simultáneamente, llevar con éxito a buen puerto la segunda reforma fiscal, que el Partido Popular quiere convertir en baza clave electoral.Si Garzón confirma su imputación y Rodríguez-Ponga no dimite, deberá afrontar un largo periodo entre la reforma y el juez.



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