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TRIBUNA / MENOS IMPUESTOS
Hacia la segunda rebaja del IRPF
La reforma del Impuesto sobre la Renta fomentará el crecimiento económico y la creación de empleo, estimulando la incorporación de la mujer al mundo laboral y la reincorporación de los desempleados, según el autor de esta tribuna.
Han tenido que pasar seis años para que el PSOE reconozca que bajar los impuestos es bueno para todos y puede ser positivo para la economía. Lástima que todavía no hayan modificado su posición sobre el control del gasto público y del déficit, y, por eso, donde tienen responsabilidad de gobierno, empiezan aumentando los gastos y continúan con subidas de impuestos.
En 1996, el Partido Popular concurrió a las elecciones generales con un programa electoral en el que proponía realizar una reforma global del sistema tributario, donde planteábamos bajar los impuestos, modernizarlos y utilizarlos como dinamizadores de la economía y del empleo.
Junto al compromiso de bajar impuestos, propusimos controlar el gasto público y aumentar el gasto social. Algunos, que no conocían más fórmula económica que la del despilfarro y la de una abusiva predilección por la imposición directa, calificaron esta política como la cuadratura del círculo.
Hoy, seis años después, ha quedado demostrado que no existía esa cuadratura del círculo, sino una política económica seria y responsable. El Gobierno del Partido Popular ha logrado llevar a la práctica lo que prometió en la oposición y en su programa electoral. Al gasto social, en 1995, se dedicaban 45 de cada 100 pesetas del Presupuesto. En el año 2002 se destinan 52 pesetas de cada 100. Junto a eso, el presupuesto público ha descendido en relación al PIB y se han saneado las cuentas públicas, lo que ha permitido este año la consecución del equilibrio presupuestario.
Y respecto al IRPF, en los cuatro años de vigencia del impuesto (1999 - 2002) las familias se han ahorrado 3,5 billones de pesetas, beneficiándose especialmente los ciudadanos con rentas más bajas, los perceptores de rendimientos del trabajo, los pensionistas y las familias. Así, la reducción de la cuota líquida para las rentas inferiores a 2 millones de pesetas ha sido del 40,5% y para las rentas del trabajo del 42,3%.
Hay quien dice que ha aumentado la presión fiscal, que no es otra cosa que una fórmula que relaciona los ingresos del Estado con el PIB. Y es cierto. En el último año, la recaudación líquida ascendió a 32.094 millones de euros, lo que supone un incremento respecto al año anterior del 6,7%. Ello se debe al mayor dinamismo de la economía y a los 3,5 millones de nuevos cotizantes a la Seguridad Social; al existir más españoles que trabajan, hay más españoles que presentan su declaración, pero cada uno de ellos paga menos. En concreto, el PIB creció por efecto directo de la reforma 0,5 puntos en 1999 y 0,56 puntos en 2000.
En esta segunda legislatura, el Gobierno se ha propuesto continuar profundizando en la reforma tributaria y llevar a cabo una segunda bajada del IRPF, para seguir creando un entorno favorable al crecimiento económico y a la creación de empleo.
Esta segunda reforma girará en torno a cuatro ideas fundamentales, continuando la senda iniciada en la primera:
Se bajarán los impuestos a todos los ciudadanos.
Se mejorará el tratamiento fiscal de las familias, especialmente de aquéllas que tengan más hijos, ascendientes a cargo o discapacitados.
Se mejorará la fiscalidad de las rentas del trabajo y se buscarán fórmulas fiscales para fomentar la incorporación de la mujer al mundo laboral (por ejemplo, deducciones por guardería) y para la reincorporación de los desempleados.
Se seguirá mejorando la fiscalidad de las pymes y se seguirá profundizando en el fomento del ahorro, estableciendo una mayor neutralidad entre las distintas alternativas de inversión y todo ello para crear empleo y mejorar el bienestar.
Esta es una propuesta posible y ya experimentada en España. Algunos, sin embargo, que no hace mucho sostenían que no era ni progresista ni positivo bajar impuestos, se embarcan ahora en aventuras fiscales de tramos únicos, rompiendo la progresividad del impuesto y con fórmulas que penalizan el crecimiento y la inversión, cuando todavía mantienen un recurso de inconstitucionalidad contra el IRPF anterior. Desde el Partido Popular no tenemos otro objetivo que el de seguir construyendo una sociedad más justa, donde las personas y las familias tengan más oportunidades y donde el crecimiento llegue a todos. Por eso y para eso se prepara esta segunda bajada de impuestos, que es la manifestación evidente de que hay un Gobierno con vigor que está tomando medidas importantes para que España siga liderando el crecimiento y la creación de empleo y las familias españolas puedan seguir mejorando su bienestar.
Vicente Martínez Pujalte secretario ejecutivo de Política Económica y Empleo del PP
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