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Andan "a la greña" el Gobierno de José María Aznar y los hombres de Jordi Pujol. Y es que el president de la Generalitat de Catalunya todavía no entiende cómo el aparentemente beatífico ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro le ha podido robar la cartera, tironearle el bolso, con tanta alevosía a su conseller de Economía, Francesc Homs.
Intentó el pobre Homs buscar una salida digna al fiasco que ha supuesto para CiU la subida del precio de las gasolinas, con el supuesto pretexto de financiar la Sanidad. Intentó, a puerta cerrada, ante la dirección de CiU hablar de "soberanía fiscal" y otros conceptos a, los que, inmediatamente, Pujol puso fin preguntándole a Homs si realmente pensaba que en las elecciones catalanas podrían "vender" a su electorado las "bondades" de una soberanía fiscal que, de entrada, le supone un aumento de cuatro pesetas de las gasolinas que no revierten en las arcas de la Comunidad Autónoma, sino en las del Estado. ¡Al pan, pan y al vino, vino!. Y a Pujol no se la dan con queso, como se la han dado al conseller Homs.
El asunto es que, en las negociaciones mantenidas entre CiU y el Gobierno, nunca se habló -sostienen los hombres de Pujol de las dichosas cuatro pesetas que ha subido el Gobierno, con la excusa de que le cede la capacidad de aplicar un aumento adicional a las Comunidades Autónomas. Creyó Homs que era una jugada maestra que sólo se les concedería la posibilidad de aplicar el impuesto a las comunidades. Pero se dio de bruces con la realidad con el inopinado "cambio de criterio" de Montoro y con el «sambenito» de su patrocinio a una medida harto impopular.
No es de extrañar, pues, que al portavoz de CiU en el Congreso, Xavier Trias, presa de la indignación, se le escapase durante un acto protocolario y aparentemente pacífico la pasada semana la afirmación de que lo mejor que le podría suceder a la coalición nacionalista es que Aznar cumpla su promesa de no volver a presentarse en 2004. Y es que, han aprendido los de CiU que el socio José María Aznar, "en teniendo mayoría absoluta" se divierte haciéndoselas pasar tan canutas a los de Pujol como ellos se las hicieron pasar al PP la anterior legislatura.
Lo peor de todo es que, a cada intento que hacen los hombres de Pujol por negar que ellos apadrinen la dichosa subida del precio de la gasolina (intentos como el realizado por el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida sale un portavoz del PP de debajo de las piedras para desmentido (lo hizo, en réplica a Duran i Lleida, el secretario general del PP, Javier Arenas, calificando de "inaceptable" el intento de CiU por desmarcarse de una medida que habla sido pactada por el Gobierno y la Generalitat).
Pero los nacionalistas catalanes no son los únicos que se sienten estafados por el PP. Tal es la indignación del PSOE, que su portavoz económico, Jordi Sevilla, ya ha anunciado la disposición socialista a recurrir esta medida ante el Tribunal Constitucional. Los populares le acusan de deslealtad y dicen que todo esto estaba pactado en los recientes acuerdos de financiación de las Comunidades Autónomas. Los socialistas, furiosos, admiten que aceptaron abrir una reflexión sobre la conveniencia o no de aplicar un impuesto que ayudase a la financiación sanitaria. Pero niegan rotundamente que el acuerdo pasase de ese mero planteamiento de abrir una reflexión. Se sienten timados por el Gobierno y, en concreto, por Cristóbal Montoro, que ahora les acusa a ellos de desleales por desdecirse de un acuerdo adquirido.
Lo que parece a todas luces es que, viendo que las previsiones económicas gubernamentales tan optimistas de un primer momento se están desvaneciendo, el titular de Hacienda ha decidido tirar por la calle del medio, enemistarse con quien sea menester, pero "arañar" unos aproximadamente 135.000 millones de pesetas más para sus maltrechas cuentas. Tiempo habrá de hacérselo olvidar al ciudadano, al que bombardeará convenientemente con la futura rebaja del IRPF, cuyos efectos se notarán (¡qué casualidad!) por primera vez en 2004, coincidiendo con la fecha de las próximas elecciones generales. ¿Conseguirá también robarle la cartera a los contribuyentes?
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