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Los ingresos por el impuesto de sociedades cayeron un 0,2% hasta octubre y se alejan de la previsión de cierre del año de crecimiento del 9%. La buena marcha del IRPF, sin embargo, permitió al Estado llegar a ese mes con un superávit del 0,6%.
Las empresas españolas han empezado a percibir de forma clara el impacto de la desaceleración económica en sus cuentas de resultados y su efecto se ha trasladado ya a la recaudación tributaria.
Los últimos datos de la Secretaría de Estado de Presupuestos reflejan una caída de los ingresos por el Impuesto sobre Sociedades hasta octubre del 0,2%, lo que contrasta con la previsión del Gobierno de cerrar el año con un aumento del 9%.
La mala marcha de la recaudación se ha extendido al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), que crece un 2,9% –frente a la previsión oficial de un incremento del 7,5%– y los impuestos especiales, con un alza del 2,8%, frente al 3,3% previsto.
La abultada recaudación del Impuesto sobre la Renta (IRPF), que crece un 10,1% –frente al 5,9% presupuestado– se ha convertido en el as en la manga del Gobierno para solucionar esta situación y permitir al Estado registrar un superávit del 0,6% del PIB hasta octubre.
La lenta marcha de la ejecución de las inversiones reales, que caen un 4,4% con respecto al año pasado, también ayudó a lograr este buen resultado. El Ejecutivo, de hecho, ha ratificado su compromiso de cerrar el ejercicio en equilibrio presupuestario.
Los expertos están preocupados por la caída de los impuestos más ligados al gasto y a los beneficios de las empresas, porque suelen adelantar la evolución de la actividad, y ahora apuntan a una mayor desaceleración de la economía en los próximos meses.
Las mayores empresas cotizadas, integradas en el Ibex 35, ganaron hasta septiembre 12.174 millones de euro (más de dos billones de pesetas), lo que representa un crecimiento del 7,4%, casi la mitad de lo que aumentaba el beneficio hasta julio de este año (13,6%).
El Banco de España presentará hoy la Central de Balances correspondiente al tercer trimestre, que podría mostrar un nuevo empeoramiento de los beneficios empresariales y anticipar una mayor desaceleración económica
La secretaria de Estado de Presupuestos, Elvira Rodríguez, aclaró ayer que la caída de la recaudación –un 1,4% en el último mes– se centra sobre todo “en las grandes empresas”. Rodríguez achacó la reducción a los menores beneficios y también a las “desgravaciones por las ayudas a la internacionalización y la externalización de los planes de pensiones”.
La secretaria de Estado aseguró que la “intensa creación de puestos de trabajo” ha permitido un fuerte incremento de los ingresos del Impuesto sobre la Renta y que, en cualquier caso, se cumplirá la previsión de déficit cero. Pero no dijo nada sobre la situación que puede sobrevenir en 2002, cuando muchos analistas prevén que el Estado registre un ligero déficit cíclico por la caída de la recaudación.
El Banco de España ya lo adelantó cuando rebajó la previsión de crecimiento a una horquilla entre el 2,5% y el 2%. El Círculo de Empresarios, por su parte, avanzó que se podría alcanzar inclusó un déficit del 2%, aunque restó importancia a este hecho y reclamó la posibilidad de dejar actuar los estabilizadores automáticos sin peligro para el esquema macroeconómico de España.
Los impuestos que ha subido el Gobierno para 2002 –hidrocarburos, licores, cerveza y tabaco– muestran una evolución acumulada heterogénea, con un alza del 9,4% en el tributo sobre las labores del tabaco, un 3,3% en la cerveza y mínimos incrementos en el resto.
Pero la subida del próximo año, a no ser que se resienta espectacularmente el consumo por el alza de precios, algo muy raro a juicio de los analistas, podría solucionar la caída de la recaudación que ahora se registran estos impuestos indirectos.
Los ingresos por matriculaciones caen hasta octubre un 0,5%, pero esta partida registró un alza del 9% en octubre gracias al tirón de las ventas de cohes por el afloramiento de dinero negro ante la llegada del euro.
La reforma del Impuesto sobre Sociedades, por su parte, puede solventar el próximo año la desaceleración de este tributo mostrada hasta octubre.
Fuentes del Ministerio de Hacienda aclaran que, aunque la reforma supondrá una rebaja de la factura fiscal de muchas empresas, el sistema elegido para aplicar la nueva deducción sobre las plusvalías reinvertidas, que rebaja su tributación desde el 35% hasta el 18%, exige el pago inicial del impuesto y la posterior aplicación de una deducción del 17% en un periodo de hasta 4 años, lo que provocará un adelanto en los ingresos tributarios sobre las empresas.
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