El dinero negro embalsado durante años en la economía española
empieza a salir a flote ante la llegada del euro. No aparecerá todo,
pero sí una parte que algunos expertos estiman en unos tres billones
de pesetas. Se trata de ahorros fuera del circuito normal del dinero
que han escapado al control fiscal. El sector inmobiliario y la
compra de automóviles de lujo están sirviendo como refugio, mientras
Hacienda carece de un plan especial para hacer frente a este
fenómeno. Hasta cierto punto, el nerviosismo por deshacerse de las
pesetas no está justificado. El periodo de canje es muy largo y los
bancos sólo deben identificar a aquellos que quieran cambiar sumas
superiores a los 2,5 millones de pesetas.
La espectacular inyección de dinero de casi tres billones de
pesetas, nunca vista hasta ahora, explica muchos fenómenos atípicos
de la economía española como que la bonanza se haya prolongado más
allá de lo normal. Mientras otros países europeos atraviesan
dificultades, la demanda interna española sigue bien engrasada y la
economía crecía en la primera mitad del año a un ritmo del 7,1% en
términos nominales (sin descontar la inflación).
El Banco de España fue la primera -y única hasta ahora-
institución en reconocer el fenómeno. El gobernador, Jaime Caruana,
advirtió ya este verano que la demanda de billetes y monedas estaba
en retroceso y que esto indicaba la introducción de dinero negro en
el sistema. De otra forma no se explicaría que, con un crecimiento
económico aún tan potente, el importe de las monedas y billetes en
circulación cayera casi un 6% entre agosto de este año y el mismo
periodo del año anterior.
Sin alarmas
Las demás autoridades económicas no parecen alarmadas, sino más
bien al contrario. El Ministerio de Economía a través del secretario
de Estado, José Folgado, preside la comisión para la prevención del
blanqueo de capitales, sin que se le conozca ninguna medida
específica ante el fenómeno. En este sentido, el portavoz de Folgado
alegó falta de tiempo para responder a las preguntas de este
periódico al respecto.
Tampoco en el Ministerio de Hacienda se sabe de actuaciones
especiales, según aseguran inspectores fiscales consultados, que
subrayan la descoordinación entre la Agencia Tributaria y la
comisión que preside Folgado. El portavoz del ministerio señala, por
el contrario, que existe un plan de inspección aprobado para este
año y que 'se está luchando como siempre contra el fraude
fiscal'.
¿Está justificado el temor a que el cambio de pesetas a euros
tenga un coste fiscal para los poseedores de dinero negro? No parece
que Hacienda vaya a iniciar una cacería -la posición en la mayoría
de los países del euro es similar-, aunque el ministerio subraya que
se aplicará la legislación vigente. La normativa se remonta a una
ley del 1993 de 28 de diciembre y al reglamento que lo desarrolla.
En éste se dice que no existe obligación de identificar 'cuando se
trate de operaciones cuyo importe no supere los 2,5 millones de
pesetas o su contravalor en divisas'.
Por el contrario, habrá que identificar 'cuando se aprecie que
los clientes fraccionan la operación en varias con el fin de eludir
el deber de identificación'. En este caso, 'se sumará el importe de
todas ellas y se procederá a exigir su identificación'. El margen
para aplicar esta excepción es, pues, muy amplio y más si se tiene
en cuenta el volumen de trabajo que a los bancos les supondrá la
llegada del euro.
Tampoco va a existir premura de tiempo para los poseedores de
dinero en metálico, aunque todo dependerá de si se necesitan los
euros de forma inmediata. Durante los seis primeros meses del año
próximo, se podrán cambiar pesetas por euros en todas las entidades
financieras y, de forma indefinida, el canje podrá efectuarse en las
oficinas del Banco de España.
La Asociación Española de la Banca (AEB) subraya que las
precauciones están más bien encaminadas a detectar fondos
relacionados con el terrorismo o el narcotráfico y no tanto a
efectos fiscales. Al respecto, en una circular interna del pasado 5
de junio, la AEB pide a los bancos que, con ocasión del canje de
pesetas a euros, 'extremen' las medidas de identificación y de
detección de operaciones sospechosas.