Uno de los tres
informes encargados por el ministro de Hacienda sobre el caso
Gescartera ha sido puesto en duda por las propias
asociaciones de funcionarios de la Agencia Tributaria. Se
trata de la auditoria interna en la que se constata que, de
once inspecciones realizadas al núcleo duro de Gescartera,
cuatro fueron aparcadas.
Este informe fue
presentado la semana pasada por el actual director del Fisco,
Salvador Ruiz Gallud, como la prueba de que la Agencia
Tributaria no dio trato de favor alguno a la sociedad que
presidía la hermana del secretario de Estado de Hacienda
porque, de 536 actuaciones en Gescartera, sólo cuatro quedaron
suspendidas.
Sin embargo,
Alicia Artera, la portavoz de la Plataforma de los
funcionarios de Gestión de Hacienda -a la que están
asociados 6.500 trabajadores- aseguró ayer que los datos
de esta auditoria interna no eran "demasiado
fiables" y calificó la presentación del informe que hizo
del director del Fisco, Salvador Ruiz Gallud como
"inadmisible".
Ruiz Jarabo defiende la auditoría
Esta noticia llegó a la comisión de investigación
del caso Gescartera coincidiendo
con la comparecencia de Ignacio Ruiz Jarabo, el
responsable de la Agencia Tributaria cuando se siguieron
las fallidas inspecciones en 1998. Ruiz Jarabo es ahora el
presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones
Industriales (SEPI).
Ruiz Jarabo alegó ayer que la denuncia de los
trabajadores de Hacienda "no es nueva" y aseguró que se trata
de un método de presión para conseguir mejoras laborales
que él ya 'sufrió' durante su etapa como director de la Agencia
Tributaria y que considera "ilegítimo". Por su parte, los actuales responsables del Fisco anunciaron ayer que estudian querellarse
contra la Plataforma de los funcionarios de Gestión de
Hacienda.
El motivo de la
comparecencia de Ignacio Ruiz Jarabo era informar sobre por
qué dos empresas adscritas a la SEPI, Cetarsa y Electrónica
Submarina, habían invertido en Gescartera. Sin embargo, su
condición de presidente de la SEPI pasó a un segundo
plano ante el interés de los diputados en conocer los detalles
de las acciones que siguió la Agencia Tributaria sobre
Gescartera durante su gestión.
Ruiz Jarabo se limitó
a decir que de las cuatro inspecciones que se
suspendieron o no fueron iniciadas sólo una merece, a
su juicio, el calificativo de "dudosa". Jarabo se
amparo en el carácter secreto de los datos de los tributantes
investigados para no mencionar ningún dato más.
El ex director de la
Agencia Tributaria también apuntó que, entre 1996 y 1998,
Gescartera no facturaba suficientes cantidades de
dinero como para merecer una atención especial del
Fisco. "¿Qué riesgo fiscal presenta una sociedad que
factura entre sesenta y setenta millones de pesetas en 1996?",
se preguntó Jarabo.
Malpartida
reafirma la autenticidad de los diarios
Antes de la tercera
comparecencia del día, el general Antonio Blanes
-presidente de la Asociación pro Huérfanos de la Guardia
Civil- admitió que invirtió 420 millones de pesetas en
Gescartera sin tener expertos financieros ni saber qué hacía
la agencia de valores con su dinero.
Blanes aseguró que la
Asociación pro Huérfanos empezó a invertir su patrimonio en
agencias de valores "presionados" por los reproches que
desde el Instituto Armado se le hacían por su excesivo
conservadurismo en la gestión financiera. El general Blanes
también admitió que fue él personalmente quien se puso en
contacto con Pilar Giménez Reyna para invertir en
Gescartera.
El marido de la
presidenta de la sociedad, Ángel Malpartida, también
pasó ayer por el Congreso de los Diputados. Malpartida
reafirmó que los dietarios de su mujer son auténticos
aunque alguna de las anotaciones no fueran del puño y letra de
Pilar Giménez Reyna. Malpartida explicó que su mujer cobraba
como presidenta de Gescartera medio millón de pesetas
mensuales y que en ningún caso este pago se efectuaba en
dinero negro.