Estas cantidades pendientes de que la Agencia Tributaria haga pagar, principalmente con embargos, a los contribuyentes que no abonan voluntariamente sus impuestos se han incrementado desde 1995 en una media de 66.000 millones anuales.

La Agencia Tributaria ha acumulado deuda pendiente de cobro en los últimos años y lo ha hecho a un ritmo notable. Cerca de 66.000 millones de pesetas de media anual se han sumado a la cifra de "pendientes" desde 1995 a causa de las obligaciones fiscales que Hacienda no ha logrado ingresar a los contribuyentes más rebeldes, los que se niegan a pagar voluntariamente sus impuestos.

El resultado de esta acumulación anual es la cifra de 1,28 billones de pesetas que, pese a figurar como un derecho de cobro de la Agencia Tributaria, no ha llegado a ser ingresada, según recoge la memoria de la Agencia del ejercicio 2000 recién publicada.

La cantidad no incluye impagos ocasionales surgidos por olvidos o errores; tan sólo recoge aquellas deudas en las que los equipos de la Administración Tributaria han adoptado ya medidas ejecutivas para forzar al contribuyente a pagar lo que debe. El método principal en esta fase es el embargo y se suele realizar después del levantamiento de un acta fiscal o del envío de una declaración paralela.

Aumento de la deuda
En los últimos años la deuda ha crecido de forma considerable. En 1995 la cifra de pendientes de cobro se situaba en 959.013 millones de pesetas; según los últimos datos disponibles, desde esa fecha y hasta 2000, el incremento ha sido de 329.000 millones de pesetas.

En todo el periodo no ha habido ni un año que supusiera una reducción de la cifra y dos de los ejercicios, 1997 y 1999 se destacan como especialmente llamativos con una acumulación de deuda en la recaudación ejecutiva de casi 76.000 millones y 90.000 millones de pesetas respectivamente.

El mejor año de ese periodo ha sido precisamente el último registrado, 2000, en el que el importe añadido a esa cifra ha sido de 33.024 millones de pesetas.

Las asociaciones profesionales del cuerpo de gestión de Hacienda aclaran que, pese a que no se trata de deudas perdidas, su cobro pasado el primer año resulta claramente más difícil.

Los responsables de Gestha, una de estas asociaciones, aclaran que sólo se consideran prescritas estas obligaciones de pago en el caso de que transcurran cuatro años en los que la Administración Tributaria no haya realizado ningún acto para cobrar la deuda.

Sin embargo, aseguran que al tratarse de deudas que persisten de forma intencionada, las complicaciones para poder cobrar aumentan considerablemente si no se puede n hacer efectivas con los primeros intentos de embargo.

Los responsables de esta asociación señalan que "en un buen número de casos, los contribuyentes que entran en esta fase de intento de cobro por vía ejecutiva [no voluntaria] son empresas con una estructura preparada intencionadamente para no pagar". Los datos recabados por Gestha aseguran que es habitual topar con empresas fantasmas u operaciones que acaban en paraísos fiscales al pretender cobrar esas deudas.

Hacienda aclaró ayer que la acumulación de pendiente de cobro en vía ejecutiva responde principalmente al aumento de fraude descubierto, que en 2002 llegará a 1,4 billones de pesetas y a la "intensificación del control tributario".

Fuentes del ministerio aseguraron que la "modernización y mejora de los procedimientos de recaudación", que han provocado una "disminución de las bajas por créditos incobrables" unidos a la reforma de la ley de garantías del contribuyente, han favorecido el incremento de esta deuda, debido a la imposibilidad de "ejecutar los embargos hasta que el acto de liquidación es fijo".

Por su parte, los expertos del cuerpo de Gestión de Hacienda aseguran que el problema de la acumulación de cantidades pendientes de cobro proviene de las deudas que, pese a ser descubiertas, no llegan a ser realmente gestionadas ese mismo año "cifra que estiman en un 10%" y se agrava por el escaso ingreso que se acaba obteniendo cada año con el embargo y el resto de medios de cobro ejecutivo, que según sus datos, se limita al 15% de toda la cantidad perseguida con estos sistemas.