La dimisión de Pilar Valiente, presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), anunciada ayer, lejos de arrojar luz sobre el entramado del caso Gescartera, multiplica las incógnitas que pesan sobre una de las mayores estafas de la democracia española. Desde el punto de vista personal, la hasta ayer presidenta de la CNMV no tenía otra salida. La acumulación de evidencias respecto a su negligencia o connivencia y la de su equipo en el trato dado al chiringuito financiero de Antonio Camacho era de tal envergadura que su salida del organismo no ofrecía ya dudas a nadie, y menos en el entorno del partido en Gobierno, pendiente sólo de manejar el momento oportuno. Sin embargo, su último servicio al PP -en su día participó activamente en el supuesto caso de la supuesta amnistía fiscal del PSOE "a sus amigos" por 200.000 millones de pesetas, o su menos conocida intervención en la operación de derribo al entonces presidente de Telefónica, Juan Villalonga-, como barrera de contención política en esta crisis, saltó por los aires al conocerse el contenido del dietario de la presidenta de Gescartera, Pilar Giménez-Reyna, ya en prisión.

Parafraseando al vicepresidente Rato, si a Pilar Valiente se le supone la "honorabilidad" y además se le reputa la inteligencia, resulta inconcebible su comportamiento en el caso Gescartera, máxime cuando hasta el momento no se tiene ningún indicio, pañuelo de firma al margen, de que haya buscado u obtenido lucro personal. Desde este planteamiento, la dimisión de Pilar Valiente sigue sin aclarar el porqué de todo este asunto. ¿Cómo alguien con tan escaso conocimiento de los mercados financieros como Camacho pudo concitar a inversores tan, a priori, poco dados a la especulación como la Iglesia, la Guardia Civil o la Fundación ONCE? ¿Cuál era el gancho para captar a estos inversores? ¿Quiénes son los beneficiarios y cuáles las ventajas fiscales de confiar el dinero a una agencia de métodos tan chapuceros y ninguna garantía?

Al Gobierno se le escapa de las manos una parte de su estrategia. Pilar Valiente, nombrada por Rato, pero, según numerosas fuentes, persona del estrecho círculo de confianza de Aznar, debía ser el dique de resistencia en la investigación de la comisión parlamentaria. Su comparecencia la había planificado el PP para el final. Debía ser el tapón contra el gas de las responsabilidades en todo ese clima de amiguismo político en que creció Gescartera. La implicación del secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reyna, que ya se vio obligado a dimitir por este asunto, deja el camino libre para que la oposición apunte más alto. El PP ya ha trazado una nueva línea defensiva consistente en dirigir el tiro a la incompetencia de los funcionarios de la CNMV y en denunciar a quien pudo invertir dinero en Gescartera, pero no a quienes facilitaron o protegieron la monumental estafa.

La dimisión, sin embargo, sí aclara algunas cosas. La primera es que el organismo regulador de los mercados bursátiles reclama a gritos un cambio en profundidad. El gesto "ético" de Pilar Valiente, según la versión del PP, supone de hecho un reconocimiento de que lo recogido en el dietario de Pilar Giménez-Reyna, ya sea en lo que afecta a la ex presidenta de la CNMV o a las personas que ella puso al frente de las distintas áreas de responsabilidad del organismo, tiene más visos de incontestable credibilidad que la mera "manipulación" en la que se escudó la presidenta de la CNMV el día antes de presentar la dimisión.

En todo caso, esta CNMV ya no sirve. Es necesario sentar nuevas bases que permitan, si ello es posible, reconstruir su credibilidad y autoridad, y poner coto a determinados sistemas arbitrarios de supervisión. Lo lamentable es que haya que proceder a esta operación de cirugía en unos momentos en que los mercados, tras la conmoción por los ataques terroristas a EE UU, requieren toda la atención y tutela posible de los organismos responsables. Algo que, además, se podría haber evitado si desde el Gobierno no se hubiera optado por dilatar (¿voladura controlada?) la salida de Pilar Valiente de la CNMV.

Publicado en página 10