La Agencia Tributaria acaba de publicar en su página de Internet (www.aeat.es) la memoria de sus actuaciones en el ejercicio fiscal 2000. Muchos de los datos que recoge ya se conocen, de hecho la mayoría se hicieron públicos en el Informe Anual de la Agencia Tributaria remitido al Congreso de los Diputados a finales de febrero (volumen de recaudación, número de declaraciones y de declarantes...). Entre los nuevos datos ahora difundidos destaca el éxito logrado por los abogados del Estado encargados de la defensa de los intereses de Hacienda ante los tribunales.
A lo largo del año 2000, Hacienda ganó el 80% de los pleitos contra los contribuyentes en materia recaudatoria. Y cuando se trató de defender a los funcionarios ante los tribunales, el éxito logrado fue total. Ni un pleito perdido. También puede considerarse como un éxito de Hacienda que los tribunales de justicia corroboren, cada vez con mayor frecuencia, los criterios seguidos por la inspección respecto a sus actuaciones contra el delito fiscal y aumente el número de sentencias condenatorias, que en el año 2000 supuso más del 70% de los fallos emitidos en este ámbito. A esto se suma el incremento del número de recursos administrativos resueltos, un total de 501.703, lo que supone un aumento del 12% respecto al año anterior.
Pero junto al balance positivo de estas cifras, la memoria de la Agencia Tributaria contiene algunas sombras. El documento no explica ni desglosa, por ejemplo, los motivos por los que 90 funcionarios se han visto involucrados en 55 juicios penales, de los cuales aún quedan pendientes más de la mitad. Tampoco se entiende que no se aclare cuántos son los casos que sobre temas de recaudación llegan a los tribunales y el documento se limite a indicar que en el 80% de ellos se da la razón a Hacienda. Pero ¿cuántos pleitos representa ese 80%? Igualmente resulta llamativo que se indique el número de recursos administrativos resueltos, sin decir cuántos se han interpuesto y cuáles son los motivos más frecuentes que impulsan a los contribuyentes a reclamar. Pero quizá lo más chocante es que la Agencia Tributaria necesite dos documentos para hacer públicos sus datos.
La transparencia sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la Administración. Sería de desear que Hacienda fuera equiparando las carencias en la información con sus logros en eficacia.
Publicado en página 8